El diagnóstico se apoya en la clínica, en la exploración física, donde se aprecian las lesiones características, y en las pruebas de imagen (TAC, radiografía, RMN).
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La exploración física del enfermo artrósisco detectará la presencia de dolor al movilizar la articulación y, en ocasiones, cierto grado de tumefacción y derrame articular. En las fases avanzadas, la articulación se aprecia deformada y presenta crepitaciones (ruidos articulares) cuando se moviliza. Su médico le pedirá que se tumbe en la camilla y explorará diversas articulaciones en busca de los signos típicos de la artrosis.
Analítica
En la artrosis, la analítica de sangre no presenta alteraciones y, por tanto, es poco útil para el diagnóstico, aunque se pueden llevar a cabo las pruebas reumáticas para excluir estos procesos. Para la realización de dicha analítica su médico le pedirá que se realice un análisis de sangre en el que se le determinarán unas pruebas específicas.
Radiología
El examen radiológico se realizará en el Servicio de Radiología, donde le pedirán que se desvista y le realizarán placas de varias articulaciones en determinadas posturas.
La imagen radiológica más precoz, en la artrosis, va a revelar un pinzamiento de la línea que separa las articulaciones. Además, es frecuente que el médico aprecie, en la radiografía, una serie de signos sugestivos de artrosis:
- Osteofitos marginales (bultos en el hueso).
- Áreas quísticas con bordes esclerosados (endurecidos) en el hueso subcondral (por debajo del cartílago).
- Contorno alterado de los bordes del hueso.
- Deformaciones, subluxaciones (dislocaciones), etc.
La enfermedad con frecuencia cursa de forma generalizada, afectando a varias articulaciones de forma progresiva.
Respecto a la presentación clínica, la enfermedad se puede presentar como:
- Una osteoartritis generalizada primaria con el ataque de tres o más articulaciones, siendo más frecuente en las mujeres de edad media.
- Una osteoartritis erosiva o crisis recurrentes de inflamación aguda y destrucción progresiva de las articulaciones de las manos. Esta forma clínica es más frecuente en las mujeres de edad media.