La artrosis o desgaste articular es la enfermedad reumática más frecuente y la primera causa de invalidez laboral. También se denomina osteoartritis o artropatía degenerativa.
La artrosis es el deterioro progresivo del cartílago articular. Si bien, todas las estructuras articulares pueden estar afectadas, los cambios anatómicos se localizan, principalmente, en el cartílago articular y en el hueso que hay alrededor de la articulación.
Respecto a la presentación clínica, esta enfermedad muestra un comienzo que, generalmente, se muestra lento e inofensivo. Aparece dolor mecánico que mejora con el reposo y empeora a lo largo del día. Existe rigidez matutina (menor de 30 minutos) y limitación de la movilidad articular. Poco a poco, la enfermedad avanza y llega a producir deformidad de la articulación. Se pueden escuchar crepitación o ruidos al mover las articulaciones y se establece una contractura muscular con derrame o hinchazón articular.
La prevalencia o el número de personas que padecen aumenta con la edad; es decir, que a mayor edad, más frecuente es la enfermedad (en los mayores de 75 años es casi universal), su frecuencia es del 2% en los menores de 45 años y alcanza el 60%-80% en las personas mayores de 65 años. Por otra parte, es una enfermedad que afecta a todas las razas, pero es menos frecuente entre los orientales y los negros. No existen diferencias de presentación en lo que se refiere a climas y latitudes.
Además, se observa una mayor frecuencia en los hombres por debajo de los 45 años, pero es más frecuente entre las mujeres a partir de los 55 años.
No se puede atribuir solamente a una causa, sino que depende de múltiples factores (inestabilidad articular, edad, factores hormonales –en las mujeres posmenopáusicas aparece por la disminución de los estrógenos–, factores genéticos, traumatismos, alteraciones bioquímicas).
En las mujeres es más frecuente la afectación de las articulaciones interfalángicas distales de las manos, las articulaciones interfalángicas proximales de las manos y las rodillas.
Hay una serie de factores de tipo mecánico que inciden en su presentación. En este sentido, se produce tras grandes traumatismos articulares y se presenta tras el uso repetitivo de las articulaciones en determinadas profesiones o deportes. La intensidad del dolor no necesariamente se relaciona con el grado de lesión articular; es decir, que el paciente puede presentar intensos dolores y sufrir escasa lesión ósea y articular.
En las manos es característica la afectación de los nudillos (articulaciones interfalángicas distales), mientras que en los miembros inferiores se afecta la cadera, el 80% de los casos corresponden a una anomalía congénita o del desarrollo, y la rodilla, que en el 75% de los casos muestra afectación bilateral (en ambas rodillas). Es frecuente que el enfermo note dolor a la movilización activa y pasiva de la rodilla y al bajar escaleras, y se suele asociar a una incapacidad debido a las importantes deformidades que la enfermedad produce a este nivel. También se puede afectar el pie, lo que se denomina Hallus rigidux o juanete.
Es muy frecuente la localización en la columna vertebral y puede afectar al disco o a las articulaciones vertebrales. Se denomina espondilosis o discartrosis a la enfermedad degenerativa del disco intervertebral, y espondiloartrosis, osteoartritis o artrosis de las articulaciones posteriores a la afectación de las articulaciones interapofisarias.
La enfermedad es más frecuente en la columna cervical y lumbar que en la dorsal.