El consumo de tabaco es el principal responsable del desarrollo de la EPOC, hasta tal punto que la enfermedad podría llegar casi a desaparecer si se dejara de fumar. El humo del tabaco actúa como irritante de las vías aéreas, aumentando la producción de moco e impidiendo su eliminación. Esto favorece la aparición de infecciones de repetición (catarros continuos). De forma simultánea, las partículas de menor tamaño alcanzan las zonas más periféricas del pulmón, lo que da lugar a su destrucción.
Una persona con antecedentes de consumo importante de tabaco o fumador activo, que presenta los siguientes síntomas, es candidata a padecer EPOC:
- Tos de predominio matutino acompañada de expectoración, durante al menos tres meses al año.
- Dificultad para respirar (fatiga o disnea), al principio con esfuerzos importantes y, a medida que avanza la enfermedad , se hace habitual en las tareas cotidianas, llegando a ser de reposo en estadios avanzados de la enfermedad.
- Infecciones respiratorias frecuentes, sobre todo invernales.
En los enfermos que sufre EPOC, ¿qué importancia tiene beber abundantes líquidos a lo largo del día?
Tomar líquidos mantiene el moco más fluido y fácil de expectorar. Se recomienda beber entre 1,5 y 2 litros de agua, excepto si se sufre retención de líquidos. Siempre que no esté contraindicado, se puede tomar un vaso de vino o una cerveza durante las comidas. Ha de evitarse tomar alcohol por la noche. El alcohol en exceso es perjudicial para diferentes partes del organismo y, en particular, empeora la función respiratoria.
La fatiga, el decaimiento y la sensación de ahogo que acompañan a la EPOC al comer hacen disminuir el apetito e ingerir menos de lo necesario. La inmovilidad y el sedentarismo pueden producir sobrepeso.
Los pacientes con EPOC pueden padecer molestias gástricas, como digestiones pesadas, flatulencia o dificultad para masticar, que provocan alteraciones en la alimentación.
Por otro lado, el gasto de energía en los enfermos de EPOC es mayor que en un individuo sano, alrededor de un 15% más, pues los músculos respiratorios deben trabajar más. La alimentación ha de corregir esta pérdida.