Síndrome de Marfan - De interés - Buenos deportistas, pero no tanto

Las personas con síndrome de Marfan poseen un físico característico (son altos y delgados), lo que les dota de gran agilidad y les permite ser buenos deportistas y, generalmente, se les anima a ello en la ignorancia de que sufren una enfermedad. El deportista que sufre este síndrome muchas veces no suele estar diagnosticado y corre riesgos indebidos, ya que no todos los deportes o actividades físicas están recomendadas para estos enfermos.

Por ello, es importante reconocer y diagnosticar esta enfermedad durante la infancia para poder orientar a los enfermos sobre los deportes que pueden practicar y los que les están prohibidos. En este sentido, se deben evitar los deportes de contacto ya que estas personas tienden a padecer dilatación y debilidad en la aorta, insuficiencia cardiovascular, así como deficiencias ópticas y problemas esqueléticos. Tampoco se aconseja practicar una actividad vigorosa que agote al paciente.

La actividad física en estos enfermos debe personalizarse según las condiciones ortopédicas y visuales de cada uno. Y las directrices para la práctica deportiva se deberían basar en las condiciones cardiovasculares del paciente. En general, las personas con síndrome de Marfan deberían evitar los esfuerzos isométricos, como el levantamiento de pesas, la escalada de altura y los ejercicios gimnásticos.

Se aconseja, por el contrario, realizar múltiples repeticiones de ejercicios con poca resistencia y un entrenamiento aeróbico que no sobrepase el 50% de su capacidad. El senderismo y el ciclismo ligero pueden ser opciones muy adecuadas.

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