Esclerosis múltiple y depresión

Hasta el 60 % de los pacientes que padecen esclerosis múltiple sufren en algún momento de la enfermedad un cuadro de depresión.
Las personas afectadas de esclerosis múltiple sufren cambios en el estado de ánimo y en el comportamiento.
En ocasiones la depresión es consecuencia de las lesiones en el cerebro de la enfermedad pero, en otros casos, se presenta de forma independiente del daño neurológico.

El paciente con esclerosis múltiple y depresión tiene peor cumplimiento del tratamiento de la enfermedad y una calidad de vida muy deteriorada.

Las personas afectadas de esclerosis múltiple sufran cambios en el estado de ánimo y en el comportamiento. Pueden sentir sentimientos de tristeza, culpa y pérdida de interés o pueden reaccionar con enfado e irritabilidad. Muchos pacientes con esclerosis múltiple sufren depresión nerviosa en forma de tono vital bajo, trastornos alimentarios, alteración del sueño, fatiga, pérdida de la libido y tristeza. Estos síntomas pueden persistir durante meses e incidir en diferentes aspectos de la vida del paciente, como el ámbito laboral, el familiar y el personal.

Muchos pacientes con esclerosis múltiple sufren trastornos cognitivos y cambios de comportamiento a causa de la enfermedad, ya que esta afecta al cerebro y, según la zona lesionada, puede aparecer diferente sintomatología. En ocasiones la depresión es consecuencia de estas lesiones pero, en otros casos, se presenta de forma independiente del daño neurológico.

Tras el diagnóstico, el paciente pasa por una fase normal de duelo con alteraciones emocionales que se resuelven espontáneamente sin tratamiento en un periodo de tiempo más o menos largo. El acompañamiento durante esta fase de duelo es fundamental para que el paciente resuelva su conflicto con la nueva situación. Sin embargo, un duelo mal elaborado y no resuelto y otras causas sin definir pueden sumir al paciente en una depresión.

Esta afección puede y debe tratarse en el paciente con esclerosis múltiple y no suele ser un trastorno permanente. El abordaje médico de la depresión se suele realizar mediante tratamiento farmacológico con antidepresivos y psicoterapia combinada. Es necesario esperar cuatro semanas hasta que los fármacos comienzan a tener efecto, ya que los antidepresivos actúan a largo plazo. El enfermo debe ser informado de los posibles efectos secundarios de estos fármacos.

La ayuda de un psicólogo no solo apoya al enfermo en su lucha contra la depresión, sino que puede ser muy útil para que el paciente aprenda a afrontar los nuevos retos de su dolencia.    

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