Depresión - De interés - Depresión en la infancia y adolescencia

La depresión es un trastorno del ánimo y de los sentimientos que se caracteriza por la pérdida de interés y disfrute de las actividades habituales, alteraciones del apetito, por exceso o defecto, insomnio o sueño excesivo, nerviosismo o falta de gana, sentimiento de inutilidad y de culpa excesiva, menor capacidad para pensar y concentrarse e ideas repetidas de muerte.

Es una enfermedad que puede afectar a personas de cualquier edad, incluso en la infancia y la adolescencia. Entre los jóvenes un 3% a 5% presentan síntomas depresivos.

No se sabe con certeza la causa de estas depresiones infantiles y de la adolescencia, pero se sabe que son más frecuentes en los niños que tienen un familiar cercano depresivo. Puede que exista un funcionamiento defectuoso de los neurotransmisores (serotonina o noradrenalina) genético en la base de estos casos familiares. Pero no existe un acuerdo unánime y otros científicos piensan que la causa está en un mal desarrollo de las habilidades de adaptación a la vida.

Los síntomas de esta enfermedad dependen mucho de la edad del niño. Los niños menores de un año pueden tener depresión y la forma más conocida es la que aparece cuando a un lactante mayor de 6-7 meses se le separa de su cuidador más cercano, en general madre o padre, manifestando su tristeza con llanto, pánico y constantes movimientos. Los niños más mayores presentan tristeza, llanto fácil, irritabilidad, abandono de actividades que antes le gustaban y trastornos de la alimentación y el sueño. Muchos niños deprimidos tienen, además, angustia (episodios de temor y agobio injustificados) y alteraciones de la conducta (rebeldía, agresividad, etc.).

Los síntomas de un episodio de depresión suelen desarrollarse lentamente a lo largo de días o semanas, pero a veces pueden desencadenarse rápidamente, precipitados por un acontecimiento grave (discusión familiar, muerte de un ser querido, separación de los padres, fracaso amoroso, etc.). La duración de los episodios de depresión es muy variable, lo más habitual es que sin tratamiento duren unos seis meses, pero en ocasiones pueden persistir de dos a tres años. Los niños que han sufrido un episodio de depresión pueden volver a repetirlo, con más frecuencia en los dos años posteriores al primer episodio. Aún sin presentar un nuevo episodio de depresión al completo, no es raro que presenten algunos de los síntomas depresivos.

El diagnóstico de esta enfermedad es fundamentalmente clínico ante la presencia de síntomas y el tratamiento es responsabilidad del psiquiatra.

La depresión puede desembocar en el suicidio o intento de suicidio. Muchos de los niños que se suicidan o lo han intentado, han mostrado un trastorno depresivo, con preocupación constante por la muerte, deseos de morir, sentimientos de inutilidad y desesperanza. Las amenazas e intentos de suicidio deben tomarse siempre en serio, ya que es la forma en la que el niño expresa su desesperación.

Noticias Relacionadas con Depresión

> Ver todas
Son unas sustancias químicas producidas y liberadas por las células nerviosas. Su misión consiste en transmitir un mensaje de unas células nerviosas a otras.

Ver

Neurotransmisor cerebral. Interviene en la inhibición de la ira y la agresividad e interviene en funciones como la temperatura corporal, el humor, el sueño, la sexualidad y el apetito.

Ver