Alzheimer - Vivir con la enfermedad - Régimen de vida

El enfermo de Alzheimer necesita asistencia continua, que irá variando según progrese la enfermedad
En los primeros momentos de la enfermedad se deberá mantener el interés del enfermo por las cosas
En un período de la enfermedad más avanzado el enfermo pierde el control de esfínteres, traga con dificultad y apenas puede hablar

Los pacientes que padecen enfermedad de Alzheimer muestran oscilaciones abruptas del estado de ánimo y pueden tornarse agresivos y enojados. Este comportamiento oscilante es causado por los cambios químicos del cerebro y también se debe a la ansiedad que le causa al enfermo su propio deterioro, ya que no se puede expresar verbalmente.

En la primera etapa de la enfermedad, es importante que el prestador de asistencia controle el ambiente, manteniendo las distracciones y el ruido a un nivel mínimo, hablando claro e intentando mantener el interés del enfermo por las cosas y buscando ejercicios de memoria que llamen su atención para lograr que ejercite otras áreas del cerebro que no estén deterioradas por la enfermedad. Algunos de estos ejercicios pueden ser: resumir las noticias que se le han leído, recordar los nombres de las personas que salen en algunas fotos, repetir los nombres de los objetos de una habitación o recordar la letra de alguna canción.

Cuando la enfermedad ya se encuentra más avanzada, es necesario ayudar al enfermo a orientarse en el espacio y en el tiempo, para lo que se le recordará en qué mes vive y qué día es, y se colocará un calendario en un lugar visible. También será necesario decirle la hora del día y en qué lugar está, incluso en qué habitación de la casa. Cuando se le cambie de habitación, se le puede ir explicando las partes de la casa y adónde se le lleva.

En un periodo de la enfermedad más avanzado, el paciente tiene perdidas las memorias reciente y remota  y su lenguaje se transforma en un simple balbuceo, ya no controla sus gestos y comienza a tener dificultad dificultad para tragar, por lo que puede atragantarse con su propia saliva. También tiene dificultad para controlar los esfínteres y es necesario alimentarle mediante sonda.

En esta etapa, los cuidados se dirigen a paliar los problemas que conlleva la inmovilidad del enfermo encamado, la incontinencia urinaria, los fecalomas, las úlceras por decúbito y los problemas respiratorios.

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