La depresión y la demencia son los principales trastornos de salud mental en las personas mayores

La soledad y el aislamiento claves en el deterioro de la salud mental
La depresión afecta aproximadamente al 10% de la población mayor de 65 años

"En el ámbito europeo, los trastornos mentales más prevalentes entre las personas mayores son la depresión y la demencia. La primera afecta aproximadamente al 10% de la población mayor de 65 años, mientras que la demencia, con la enfermedad de Alzheimer a la cabeza, impacta alrededor del 5% de esta población".

Estos datos han sido ofrecidos por el profesor Miguel Gutiérrez Fraile, catedrático de Psiquiatría y académico de número de la Real Academia de Medicina del País Vasco durante la conferencia Salud mental y envejecimiento, dentro del ciclo de conferencias "Encuentros con la Salud", que ha regresado después de tres años de parón provocado por la pandemia de COVID-19.

Según declara Gutiérrez la salud mental en la población mayor "demanda una atención prioritaria. La identificación temprana de factores de riesgo, la implementación de tratamientos adecuados y la promoción de estrategias preventivas son esenciales para mejorar la salud y la calidad de vida de este sector de la población". La colaboración entre sectores de la sociedad y el apoyo gubernamental se revelan como "aspectos cruciales" para abordar esta "creciente preocupación" de manera integral y efectiva.

En cuanto a los factores de riesgo, "la soledad y el aislamiento social" emergen como factores fundamentales en el deterioro de la salud mental de las personas mayores. "La pérdida de seres queridos, la jubilación y las limitaciones físicas pueden desencadenar sentimientos de abandono, generando un terreno propicio para la depresión y la ansiedad. Además, la presencia de enfermedades crónicas y la polifarmacia, es decir, el consumo de cinco o más medicamentos, destacan como elementos predisponentes a los problemas mentales", explica el experto.

En el vasto paisaje de la salud mental en la población mayor europea, el tratamiento de los trastornos, principalmente la depresión y la demencia, emerge como "una necesidad imperante". Ante la complejidad de estos desafíos, diversas estrategias terapéuticas han demostrado ser efectivas en mejorar la calidad de vida de aquellos afectados.

Así, en la mayor parte de los casos, la medicación se convierte en un aliado indispensable. Nuevas generaciones de fármacos, mucho más eficaces que las anteriores y con menos efectos secundarios indeseados se prescriben para tratar la depresión, mientras que en la demencia, los inhibidores de la colinesterasa y otros fármacos pueden ayudar a mitigar los síntomas.

Por otro lado, la terapia cognitivo-conductual es un elemento relevante en el abordaje de la depresión en personas mayores. "Al centrarse en los patrones de pensamiento y comportamiento negativos, esta forma de terapia busca modificar las percepciones que alimentan la depresión", explica el psiquiatra. Puede ser una herramienta útil para aquellos que experimentan pérdidas, ya sea de seres queridos, roles laborales o incluso de habilidades físicas.

En el caso de la demencia, donde el deterioro cognitivo y la pérdida de funciones mentales son prominentes, "el apoyo psicosocial adquiere una relevancia extraordinaria. Este enfoque integral implica el respaldo emocional tanto para el paciente como para los cuidadores, la adaptación del entorno a las necesidades del individuo y la implementación de actividades que estimulen cognitivamente".

La detección temprana y la intervención oportuna son elementos cruciales en el éxito del tratamiento. "Es esencial que los profesionales de la salud estén capacitados para reconocer los signos incipientes, permitiendo así una intervención más efectiva y un manejo más proactivo de los trastornos".

Las estrategias de prevención desempeñan un papel destacado en este escenario. "Fomentar la participación social, promover estilos de vida saludables y facilitar el acceso a servicios de salud mental son estrategias clave para abordar los factores de riesgo desde su origen. Mantener relaciones interpersonales significativas y brindar un apoyo emocional constante son acciones concretas que pueden marcar la diferencia", añade.

Por último, el especialista aclara que a pesar de estos avances, "la necesidad de investigaciones continuas y la mejora de la accesibilidad a tratamientos siguen siendo puntos clave. La colaboración entre los sistemas de salud, los profesionales, los cuidadores y los propios afectados se presenta como la fórmula más efectiva para abordar la complejidad de estos trastornos mentales en la población mayor. La conciencia, la comprensión y el apoyo son esenciales para enfrentar estos desafíos y garantizar que las personas mayores puedan disfrutar de una calidad de vida plena y significativa".

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