Tras el nacimiento del bebé, la mayoría de las mujeres se encuentran llenas de felicidad pero muy cansadas por las molestias propias del posparto, los cuidados del bebé, las labores domésticas y la responsabilidad adquirida. Lo que debería ser un periodo idílico se convierte para muchas mujeres en un momento cuando menos complicado.
Aparece la melancolía posparto que es un tipo de depresión leve, que sufren ocho de cada diez mujeres durante los primeros días después de haber tenido el bebé. Las madres se encuentran muy sensibles, lloran por cualquier cosa, tienen episodios de irritabilidad, no duermen bien y están agotadas. Esta melancolía normalmente no suele durar más de dos semanas y desaparece sin necesidad de tratamiento.
Pero si se prolonga más allá de dos semanas se considera que existe una depresión posparto que debe ser tratada adecuadamente, ya que se puede prolongar hasta un año y puede hacer que las madres que la sufran se inhiban del cuidado de su hijo. Es una situación que sufren 15 de cada cien mujeres que dan a luz.
Los síntomas de la depresión posparto son los mismos que los de cualquier otra depresión. Una tristeza incomprensible domina los sentimientos y se pierde el interés por las cosas y aparecen sentimientos de culpa y minusvaloración.
Cualquier mujer que da a luz puede tener depresión posparto, pero las posibilidades son mayores:
- Si se ha tenido depresión anteriormente.
- Si el parto fue particularmente difícil o traumático.
- Si se tienen problemas de relación con la pareja.
- Si se está pasando por un momento difícil de la vida.
Este cuadro depresivo debe ser siempre tratado por un psiquiatra o un psicólogo y es necesario que las futuras madres lo sepan reconocer y pidan ayuda para resolverlo. Si se deja sin tratamiento, la depresión posparto puede durar meses o años, e incluso cronificarse.
