Parto - En Profundidad - La epidural

Es el método más eficaz para aliviar los dolores del parto
Añade algunos riesgos al "parto natural no complicado", pero es un método muy seguro
Escuche los consejos de los profesionales.
Actúa sobre los nervios del útero y el canal del parto
Se da logra el alivio del dolor, pero las molestias no desaparecen por completo
La parturienta será capaz de empujar cuando se lo indiquen

La analgesia epidural es actualmente el método más eficaz para el alivio de los dolores del parto y tiene un amplio margen de seguridad tanto para la madre como para el bebé, si bien conlleva algunos riesgos que, aunque asumibles, conviene conocer.

Es importante que lea atentamente esta información y que consulte a los profesionales que le atienden (su comadrona, su ginecólogo o el anestesiólogo) todas sus dudas. Su opinión y sus deseos, junto con la información y los consejos del personal que le atiende, son la mejor base para tomar sus propias decisiones.

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¿En qué consiste la analgesia epidural?

La epidural actúa desde la médula espinal bloqueando temporalmente los nervios que se conectan al útero y al canal del parto. Lo que hace es reducir la sensibilidad de la zona inferior del cuerpo mientras usted se mantiene consciente. El momento adecuada para su administración dependerá de cada caso.

El bloqueo epidural lo practica un médico anestesiólogo. Se realiza en la parte baja de la espalda, entre las vértebras dorsales, mientras usted está sentada o acostada de lado. Su colaboración en ese momento es imprescindible para poder realizar la técnica con seguridad.

El primer paso es desinfectar la piel. Luego el anestesiólogo insensibilizará con anestesia local el área en la que realizará el pinchazo. Mediante una aguja especial, identificará las estructuras donde posteriormente dejará un tubo fino de plástico, llamado catéter, a través del cual se administrará la medicación. Se fijará el cateter con esparadrapo con el fin de poder suministrar medicación suplementaria si así lo requiere la duración del parto.

¿Cuánto tarda en hacer efecto la epidural?

El alivio del dolor no es inmediato, sino gradual: entre 10 y 20 minutos después de que el medicamento haya sido inyectado.

¿Será el parto más lento?

Cada mujer puede responder de forma diferente. En algunos casos, se puede producir un breve periodo de disminución de las contracciones uterinas, que pueden enlentecer el parto. Sin embargo, en otros casos, la relajación y comodidad que supone la práctica ausencia de dolor pueden permitir que la mujer colabore activamente y hacer que el parto avance a mayor velocidad.

¿Podrá empujar cuando sea preciso?

La analgesia epidural permite descansar durante el momento más largo del parto, la dilatación del cuello uterino. Una vez que el cuello está completamente dilatado y sea el momento de empujar, usted será capaz de hacer fuerza cuando se lo indiquen, aunque no sienta el impulso de hacerlo.

¿Puede afectar al bebé?

Es un método seguro tanto para la madre como para el bebé. Pero, como cualquier técnica anestésica, requiere habilidades, precauciones y experiencia para reducir al mínimo los posibles riesgos.

¿Desaparecerá por completo el dolor?

El objetivo es hacer que su parto sea todo lo cómodo y seguro que sea posible. Pero un alivio total de todas las sensaciones no es lo mejor. Por eso, aunque notará un alivio importante del dolor, seguirá sintiendo un poco de presión durante las contracciones e incluso molestias cuando sea examinada por el obstetra o la matrona.

Dependiendo de sus características personales y de las condiciones del parto, el anestesiólogo intentará ajustar el grado de pérdida de sensibilidad. Es relativamente frecuente llegar a notar cierto grado de adormecimiento, pesadez o debilidad temporal en las piernas. En otros casos, se puede reducir la dosis, de modo que se alivie el dolor pero permitiéndole incorporarse, sentarse o caminar acompañada.

¿Cuánto dura el bloqueo?

La epidural puede durar todo el tiempo que sea preciso. Tras la colocación del catéter se administra más medicamentos en la medida en que sea necesario. Durante el parto se analizará tanto su estado general como la progresión del mismo para ajustar la medicación.

¿Tendré mayor riesgo de cesárea?

Los últimos estudios han demostrado que la analgesia epidural no aumenta el riesgo de cesárea. En caso de que fuese necesario practicar una cesárea, el anestesiólogo podrá aprovechar el catéter epidural para aumentar el grado de anestesia, con lo que se podrá realizar la cesárea sin demora y usted podrá permanecer consciente para ver a su bebé. Este método anestésico, además, es el que entraña menores riesgos para la madre y el bebé.

En el caso de que sea necesario realizar una episiotomía, la analgesia epidural suele ser suficiente para que el obstetra o la comadrona pueda realizarlo sin causarle mayores molestias. Si no es así, utilizarán anestesia local para realizarla.

¿Se puede aplicar en todos los casos?

Como con cualquier técnica médica existen situaciones en las que está contraindicado administrar la analgesia epidural, aunque son poco frecuentes: trastornos de la coagulación, desviaciones importantes de la columna, operaciones previas sobre la parte baja de la espalda o tatuajes en la zona.

En ocasiones, si el parto progresa muy rápido y se prevé una salida inminente del bebé, no tiene sentido aplicar una técnica que requiere tiempo para su realización y para que sea efectiva.

¿Qué riesgos tiene la analgesia epidural?

Puede haber complicaciones. Las más frecuentes son efectos secundarios fácilmente tratables. Las complicaciones graves son excepcionales.

  • Disminución de la presión arterial: es la más frecuente y fácil de prevenir y tratar. Un control frecuente y la administración de sueros permite corregir la situación.
  • Fallo de la analgesia: en ocasiones, por razones técnicas o fisiológicas, la analgesia epidural no proporciona un adecuado alivio del dolor.
  • Dolor de cabeza: es relativamente poco frecuente, pero si durante la punción "se traspasa" el espacio epidural, puede aparecer dolor de cabeza 12 ó 24 horas después. Si no cediera con analgésicos, existen técnicas especiales de tratamiento.
  • Dolor de espalda: pueden aparecer molestias transitorias en la espalda después del parto, pero en la mayoría de casos no están relacionadas con la analgesia epidural.
  • Lesión de algún nervio de las piernas: se manifiestan con hormigueos, dolor o pérdida de fuerza. Ocurren de forma excepcional y suelen ser transitorias. En la mayoría de los casos están relacionadas con enfermedades previas o posturas anómalas del bebé durante el parto que han comprimido un nervio y no con la analgesia epidural.
  • Temblores: son frecuentes en el curso del parto, incluso en ausencia de analgesia epidural.
  • Dificultad para orinar tras el parto: se relaciona tanto con la analgesia epidural como con el mismo parto. Puede ser necesario colocar una sonda durante unas horas.

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