Por lo general, se puede producir conjuntivitis alérgica por alergia a algunos conservantes utilizados en los sistemas de mantenimiento de las lentes de contacto; el timerosal ha sido el mayor causante de este tipo de conjuntivitis, y en la actualidad este conservante prácticamente no se utiliza. Los síntomas son los típicos de una conjuntivitis alérgica, con hiperemia, quemazón y picor en el momento de insertar la lente en el ojo. El tratamiento consiste en el cambio de sistema de mantenimiento por otro que no contenga el producto que desencadena la reacción.
La conjuntivitis papilar gigante es una patología muy relacionada con el empleo de lentes de contacto, sobre todo lentes de hidrogel, posiblemente por su mayor diámetro, lo que hace más fácil su roce con la conjuntiva del párpado, pero también se puede producir por el roce de la conjuntiva con otros materiales como puntos de sutura, etc. También se piensa que puede ser debida a una reacción de tipo inmunológico contra los depósitos de proteínas existentes en la superficie de las lentes, o incluso hacia el material de la propia lente de contacto. Los pacientes refieren (algunos de ellos tras muchos años de uso de lentes de contacto sin problemas) molestias cuando llevan unas horas de uso, movimiento de la lente, aumento de la densidad de la lágrima por aumento de la secreción mucosa y picor tras la retirada de la lente del ojo.
Las conjuntivitis bacterianas son frecuentes en los portadores de lentes de contacto, debido fundamentalmente a una mala higiene en los momentos de colocación y retirada de la lente del ojo, actuando los dedos como portadores de gérmenes hacia la conjuntiva, y segundo a una inadecuada desinfección de las lentes, con lo que introducimos a diario los gérmenes en la conjuntiva que antes o después producirán una conjuntivitis.