Artritis y Humedad

Una extensa revisión publicada en The Journal of Rheumatology ha mostrado que, efectivamente, la humedad perjudica a las personas con artritis. Otros factores climáticos, por el contrario, no parecen tener tanta influencia.

La relación entre la climatología y los síntomas de las enfermedades reumatológicas es una creencia popular muy extendida, aunque las conclusiones de los estudios realizados son contradictorias en muchos casos.

Por ese motivo, dos investigadores holandeses se propusieron examinar los trabajos realizados hasta el momento: 17 estudios con, en total, más de 3.300 pacientes.

Su revisión confirma que una elevada humedad agrava el dolor de la artritis.

Sin embargo, las conclusiones sobre las temperaturas no son claras y no se puede considerar que el frío empeore los síntomas. Por ello, un clima frío y seco puede mejorar los síntomas, mientras que uno cálido y húmedo los puede empeorar.

Las altas temperaturas resultan contraproducentes para la artritis porque hacen que aumente la humedad absoluta (es decir, la cantidad de agua que hay en la atmósfera pero sin tener en cuenta la temperatura). La humedad relativa (la cantidad de agua que contiene el aire en relación con la temperatura), por el contrario, suele ser más alta cuando hace frío.

Sin embargo, el calor también es beneficioso para la persona con artritis porque obliga a emplear ropas más ligeras, aires acondicionados y otras medidas que reducen la humedad a flor de piel. Las medidas para disminuir la humedad, como ropas ligeras, ventilación interior y estar en el exterior son recomendables para los pacientes con artritis reumatoide.

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