Vacunaciones - Lo fundamental - Vacunas del adulto

Ciertas profesiones suponen un riesgo de adquirir infecciones específicas, por lo que se recomienda a quienes las ejercen que se vacunen contra ellas.
Las personas que padecen ciertas enfermedades deben vacunarse frente a los microorganismos que pueden agravar su estado o frente a las enfermedades a las que son más susceptibles.
Los mayores de 65 años también deben vacunarse frente a ciertas enfermedades, ya que la edad debilita el sistema inmunológico.
Las mujeres en edad fértil deben vacunarse frente a infecciones que pueden poner en peligro la salud del feto.
El turismo, especialmente el que se realiza a países en vías de desarrollo o del tercer mundo, lleva consigo la necesidad de vacunarse frente a infecciones que son endémicas en cada uno de esos países.

Aunque es cierto que la inmunización activa, es decir, la que se consigue mediante la administración de vacunas, es una práctica preventiva de especial interés en la población infantil, no se ha de olvidar que el aumento de la longevidad, determinadas ocupaciones o profesiones, los estilos de vida, las circunstancias ambientales, la proliferación de viajes internacionales y determinadas enfermedades o trastornos de la salud convierten a ciertos grupos de adultos en especialmente susceptibles a ciertas enfermedades, algunas de las cuales pueden prevenirse mediante las correspondientes vacunas.

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Vacunas ante los riesgos del ejercicio de la profesión

Determinadas profesiones entrañan un riesgo añadido de contraer enfermedades para cuya prevención existen vacunas.

Quienes practican estas profesiones han de vacunarse, bien porque el riesgo es inherente a la actividad profesional (sanitarios, veterinarios, policías, bomberos, manipuladores de alimentos…), bien por los riesgos derivados de su ejercicio (pinchazos, cortes…), o por el estado de salud de la persona (enfermedades de base).

  • Trabajadores de centros geriátricos, centros de personas con minusvalías psico-rehabilitación, de toxicómanos, centros de acogida: tétanos y difteria (Td), dosis de recuerdo cada 10 años; Hepatitis B (vhB), tres dosis (0-1-6 meses).
  • Profesionales manipuladores de alimentos o trabajadores de centros de producción alimentaria: Td, dosis de recuerdo cada 10 años; vhB, tres dosis 0-1-6 meses; Hepatitis A (vhA), si son menores de 40 años, dos dosis; fiebre tifoidea.
  • Trabajadores de limpieza, recogida y procesamiento de basuras, residuos biológicos, poceros, limpieza de aguas insalubres…: Td, dosis de recuerdo cada 10 años; vhA, menores de 40 años; fiebre tifoidea; vhB, tres dosis.
  • Profesionales docentes, cuidadores de guarderías, jardines de infancia: Td, recuerdo cada 10 años; vhA, menores de 40 años; triple vírica (Tv) (sarampión, rubéola y parotiditis), dos dosis; varicela; gripe, anual.
  • Profesionales veterinarios, cazadores, personal de zoológicos, circos, cuidadores de animales, zoólogos, conservacionistas: Td, dosis de recuerdo cada 10 años; vhB, tres dosis; rabia, profilaxis preexposición; gripe, en algunas circunstancias.

Vacunas para los enfermos del hígado

Las personas con enfermedades del hígado, como hepatitis crónica o cirrosis, son más susceptibles a determinadas infecciones que pueden prevenirse mediante la vacunación. Además, infecciones como las producidas por los virus de la hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C, afectan específicamente al hígado.

Aparte de tener al día el calendario vacunal que les corresponda por su edad y situación personal, estas personas deberían ponerse las siguientes vacunas:

  • Vacuna antigripal con carácter anual.
  • Vacuna antineumocócica del adulto: una dosis y un recuerdo a los 5 años.
  • Vacuna del tétanos-difteria del adulto (Td): los pacientes mal vacunados o que no recuerdan cuándo lo fueron se deben poner tres dosis; posteriormente, sólo es necesaria una dosis de recuerdo cada 10 años. En las personas que están bien vacunadas, sólo es necesaria la dosis de recuerdo cada 10 años.
  • Vacuna de la hepatitis B: tres dosis. Debe administrarse a todas las personas con enfermedad hepática crónica no producida por el virus de la hepatitis B.
  • Vacuna de la hepatitis A.

Ante cualquier duda, consulte a su médico; él le informará de lo que conviene hacer en su situación.

Vacunas para personas de 65 o más años

Quizás se preguntará usted por qué es necesario vacunarse a estas edades. Hay varias razones para ello:

  • Puede ser que personas de esa edad no fueran vacunadas en su infancia.
  • Algunas enfermedades para las que hay vacuna, como el tétanos, todavía pueden afectar a personas con esas edades.
  • El envejecimiento y las enfermedades asociadas al mismo debilitan el sistema inmunológico y hacen a estas personas más propensas a verse afectadas por determinadas infecciones.
  • Para mantener la protección, es preciso administrar dosis de recuerdo de algunas vacunas.
  • Muchas infecciones que se pueden tener complican y agravan las enfermedades de base (neumonía como complicación de una gripe, por ejemplo) y suponen mayor riesgo de hospitalización, complicaciones e incluso fallecimiento.

Las vacunas recomendadas a estas edades son:

  • Gripe.
  • Antineumococo.
  • Tétanos-difteria (Td).
  • Otras, según la situación: hepatitis B, hepatitis A.

Consulte a su médico o enfermera para que le orienten acerca de esta cuestión.

Vacunas para la mujer en edad fértil

Toda mujer en edad fértil debería estar vacunada contra las enfermedades más comunes que pueden suponer un riesgo en caso de embarazo y para las que existen las correspondientes vacunas. En todo caso, se han de valorar los riesgos, tanto para la embarazada como para el feto, de contraer la enfermedad que se pretende prevenir y los posibles efectos secundarios de la vacuna que se ha de administrar, teniendo en cuenta que los beneficios han de ser claramente superiores a los riesgos.

Es especialmente importante que la mujer en edad fértil esté vacunada frente a la rubéola, pues esta enfermedad puede causar graves malformaciones en el feto si la madre la padece durante el embarazo. Toda mujer que desee quedar embarazada hará bien en consultar con su médico o enfermera en relación con las vacunaciones.

También debe saber que hay vacunas que se le pueden administrar estando ya embarazada y que algunas incluso son recomendables para proteger a su bebé. Una vez más, serán el médico o la enfermera quienes le aconsejarán sobre las vacunas que puede recibir durante el embarazo. Una vez finalizado éste, la mujer puede recibir cualquier vacuna que esté indicada o que no haya recibido previamente.

Vacunas para los viajeros

Las personas que planean viajar al extranjero, especialmente a países con enfermedades endémicas propias y extremadamente raras o inexistentes en nuestro país y para las que existen las correspondientes vacunas, deben tener en cuenta que es muy conveniente, cuando no directamente obligatorio, vacunarse frente a enfermermedades específicas antes de viajar a otros países

Las vacunas que están indicadas o que son exigidas para viajar a los diferentes países varían a tenor de la situación epidemiológica de cada país, por lo que lo más indicado es que el viajero se dirija al Centro de Vacunación Internacional de su comunidad autónoma (todas las comunidades autónomas españolas disponen de al menos un centro de este tipo), tanto para solicitar información como para recibir las vacunas correspondientes en cada caso y obtener el certificado necesario para la obtención del visado.

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