Vacunas - De interés - Preguntas frecuentes

Las vacunas tienen como finalidad la prevención de muchas enfermedades infecciosas, algunas de las cuales eran muy frecuentes en el pasado y otras aún lo son ahora, y que pueden dañar nuestra salud y causar incluso la muerte. La mayor parte de las vacunas contienen el germen causante de la enfermedad, muerto o debilitado.

Tras administrar la vacuna por medio de una inyección o por vía oral, nuestro organismo produce anticuerpos frente a los gérmenes muertos o debilitados que contiene la vacuna. Estos anticuerpos nos protegerán frente a los gérmenes verdaderos, que son los causantes de la enfermedad destruyéndolos y haciendo que no enfermemos. Además, estos anticuerpos protectores tienen una especie de memoria y han aprendido a identificar al germen, y permanecen en guardia en nuestro organismo para protegernos de futuros contactos con estos gérmenes.

Los niños necesitan ser vacunados para protegerlos de enfermedades infantiles peligrosas. Estas enfermedades pueden dar lugar a complicaciones graves y provocar incluso la muerte.

Desde que el médico inglés Edward Jenner descubriera la primera vacuna contra la viruela, no ha cesado la investigación tendente al descubrimiento de vacunas frente a muchas de las enfermedades infecciosas que afectan a los humanos, como la hepatits B, la difteria, el tétanos, la tos ferina, la poliomielitis, la infección por Haemophilus influenzae tipo b (Hib), la infección por meningococo del grupo C y por el neumococo, el sarampión, la rubeola, la parotiditis, la varicela y otras. En estos momentos se llevan a cabo intensos estudios de investigación con la finalidad de obtener vacunas frente a nuevas enfermedades, como el sida.

Se recomienda administrar las siguientes vacunas antes de cumplir los 2 años:

  • Tres vacunas frente a la difteria, tétanos, tos ferina, poliomielitis, el Hib y la hepatitis B. Estas 6 vacunas se administran en una sola inyección (hexavalentes) o en dos inyecciones (pentavalentes) a los 2, 4 y 6 meses de edad.
  • Tres vacunas frente al meningococo C en una inyección a los 2, 4 y 6 meses de edad.
  • Cuatro vacunas frente al neumococo en una inyección a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad.
  • Una vacuna frente al sarampión, la parotiditis y la rubéola a los 15 meses de edad.
  • Una vacuna frente a la varicela a los 15 meses de edad.
  • Una vacuna frente a la difteria, el tétanos, la tos ferina, la poliomielitis y el Hib, en una sola inyección, a los 18 meses de edad.

Si se ha olvidado alguna vacuna, no es demasiado tarde. La mayoría de las vacunas se pueden administrar a cualquier edad y un niño en el que se ha olvidado alguna vacuna no debe empezar de nuevo, ya que las vacunas administradas siguen contando aunque haya pasado más tiempo del aconsejado.

Las vacunas deben comenzar a administrarse al momento del nacimiento y haber terminado en su mayor parte a la edad de dos años. Al vacunar a su hijo a tiempo (antes de los dos años), usted lo puede proteger de infecciones e impedir que contagie a otros en la escuela o la guardería. Los niños menores de cinco años son muy susceptibles a contraer enfermedades porque su sistema inmunológico no ha desarrollado las defensas necesarias para luchar contra las infecciones.

Es muy raro que las vacunas produzcan una reacción grave, pero puede suceder. Sin embargo, los riesgos de contraer una enfermedad grave por no administrar la vacuna son mucho mayores que el riesgo de que la vacuna produzca una reacción grave.

Son más frecuentes las reacciones de carácter leve, como dolor en el brazo o un poco de fiebre o incluso un sarpullido, dependiendo siempre de cada vacuna. Asimismo, una ligera incomodidad es normal y no debe ser motivo de alarma. Su médico le puede proporcionar mayor información.

Aunque debe consultarlo siempre con su pediatra, raramente está contraindicada una vacuna. Sólo los procesos febriles durante el día en el que se ha de administrar la vacuna o una reacción alérgica grave, ocurrida previamente, son las contraindicaciones habituales. No hay razón para no vacunar porque su hijo esté resfriado o esté tomando otras medicaciones.

Si usted tiene la impresión de que su hijo está experimentando una reacción persistente o grave, acuda de inmediato al médico o si es necesario al Servicio de Urgencias. No se olvide de anotar lo que sucedió así como la fecha y hora en que ocurrió.

La cartilla de vacunaciones le ayuda a usted y a su médico a administrar las vacunas a tiempo. El registro debe empezar en el momento del nacimiento, cuando el niño debe recibir su primera vacuna, y debe irse actualizando cada vez que el niño reciba la siguiente. Esta información le será útil si usted cambia de domicilio o de médico, y también en el momento de inscribirlo en una guardería o cuando empiece el colegio. Recuerde llevar su cartilla de vacunaciones cada vez que lleve al niño al médico.

El programa de vacunas para niños proporciona vacunas de manera gratuita para todos los niños en su centro de salud.

Esta es una cuestión muy importante. En España tenemos unos niveles muy bajos, de los más bajos del mundo, de enfermedades prevenibles por medio de vacunas, pero esto no quiere decir que estas enfermedades hayan sido erradicadas. Muchos de los virus y bacterias, que producen estas enfermedades, siguen presentes en nuestro país y por esta razón es importante que los niños, especialmente los bebés y niños pequeños, reciban a tiempo las vacunas recomendadas. Además, en una sociedad con tanta movilidad como la nuestra, cada día llegan personas de otros países o es posible que viajemos a ellos, incluyendo los países en los que las enfermedades que se pueden evitar con vacunas son relativamente frecuentes. Si no se administran las vacunas, podrían volver a producirse muchas epidemias de enfermedades que se pueden evitar y volveríamos a tener mayores niveles de enfermedad, invalidez y muerte en los niños.

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