El tratamiento de la angina de pecho consiste en disminuir la carga del corazón y sus necesidades de oxígeno, para lo que es necesario:
- Dejar de fumar.
- Perder los kilos de más.
- Hacer ejercicio. Tener angina no significa que tenga uno que volverse un ser sedentario. De hecho, el ejercicio es parte clave en el manejo de la enfermedad coronaria. Tiene que ser, desde luego, compatible con las limitaciones impuestas por el dolor y por su estado general.
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Tratamiento médico
Le explicarán cómo debe tomar la nitroglicerina cuando tenga una crisis. Este fármaco dilata las arterias coronarias y suele revertir el dolor en minutos. Se toma en pastillas debajo de la lengua o también en spray. Puede producir dolor de cabeza como efecto secundario.
Es posible que le prescriban calcioantagonistas o bloqueantes de los canales del calcio que impiden la entrada de éste en las células del miocardio. Esta medicación revierte la tendencia de las arterias coronarias a estrecharse y, además, disminuye el trabajo del corazón y, por tanto, sus necesidades de oxígeno. También disminuye la tensión arterial.
Los betabloqueantes actúan bloqueando muchos efectos de la adrenalina en el cuerpo, en particular el efecto estimulante sobre el corazón. El resultado es que el corazón late más despacio y con menos fuerza y, por tanto, necesita menos oxígeno. También disminuyen la tensión arterial.
Tratamiento quirúrgico
En el caso de que sufra angina inestable o que resiste al tratamiento con medicamentos, la cirugía puede ser el tratamiento adecuado para corregir la obstrucción de los vasos coronarios. Le realizarán un by-pass (derivación) o una angioplastia coronaria.