Tabaquismo - De interés - Actitudes y aptitudes frente al tabaco

La relación de cada fumador con el tabaco no sólo está determinada por el "placer" que el cigarrillo le ofrece y por su mayor o menor grado de dependencia física de la nicotina, sino también por multitud de ideas, costumbres y creencias que influyen en su actitud frente al cigarrillo y al hecho de fumar. Dependiendo del conocimiento que cada uno tenga de los efectos del tabaco y de la reflexión personal que se haya hecho sobre estas consecuencias, la persona fumadora será más o menos reacia a decidirse a abandonar el tabaco, y tendrá mayor facilidad o dificultad para tomar (y afrontar con garantía de éxito) la decisión de dejar de fumar.

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Fumadores convencidos

De cada diez españoles, tres tienen desde su adolescencia al tabaco como inseparable compañero de viaje por la vida. Pero sólo uno de ellos (uno de cada tres fumadores) no quiere hacer un intento por dejarlo y, puestos a decir más, encuentra muchos más pros que contras al tabaco, demostrando con sus argumentos la poca y confusa información que posee sobre las consecuencias que fumar tiene para la salud.

Debido a este desconocimiento de los efectos perjudiciales del tabaco (o a su poca valoración, sobre todo en el caso de los jóvenes), este grupo de personas normalmente son reacias a abandonar el tabaco. Pero con el paso del tiempo y la evidencia de los perjuicios que les causa, acaban por madurar su relación con el tabaco y, por lo general, abandonan su "convencimiento".

Fumadores desencantados

Frente a esta franca minoría de fumadores convencidos, el resto de las personas que fuman lo hace con más o menos ansia, pero muy lejos del "agradable y gratificante" convencimiento que muestra el primer y pequeño grupo de fumadores.

Las estadísticas señalan que de cada dos fumadores, uno sabe que el consumo del tabaco perjudica su salud y hace intentos para dejarlo.

Pero cada nuevo fallo en estos intentos le supone más frustración y algunos acaban entrando en una fase en la que "pensar en dejar de fumar" sustituye a "actuar para dejar de fumar", y aplazan una y otra vez el momento de tomar la decisión y de actuar definitivamente.

Hay diez millones de españoles que, aunque desearían dejar de fumar por motivos de salud, no saben cómo afrontar el problema para lograrlo.

Fumadores decididos

Sin embargo, los intentos se repiten. De cada seis fumadores, uno ya no piensa vagamente en el próximo lunes o la siguiente fecha señalada del calendario, sino que está firmemente decidido a dejarlo en el próximo mes.

Posibilidades de éxito

Desgraciadamente, entre los fumadores convencidos y los desencantados hay muchos que, incluso padeciendo enfermedades ocasionadas directamente por el tabaco, no quieren o no se deciden a dejarlo. En los primeros, las falsas creencias y la dependencia son tan grandes que no les permite abordar objetivamente el tema. En los segundos, su convencimiento de que no van a conseguir dejarlo es tan profundo, que les impide tomar una decisión que en realidad desean tomar.

Sin embargo, cualquiera que se encuentre entre el grupo de fumadores desencantados o en el de fumadores decididos tiene muchas posibilidades de lograr abandonar el tabaco de forma definitiva. Tan sólo es necesario que se prepare concienzudamente, y que sepa qué hacer para superar cada uno de los retos que se le presentarán.

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