Menopausia y Sexualidad

La menopausia produce profundos cambios en el ciclo vital de la mujer. Sin embargo, no es el fin de la vida sexual. Muy al contrario, vivir plenamente la sexualidad en esta nueva etapa mejorará su calidad de vida.

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El ciclo de respuesta sexual en la mujer

Para comprender qué ocurre con la menopausia y el envejecimiento, hay que tener en cuenta el ciclo de respuesta sexual. Cuando se produce la estimulación sexual, aumenta el contenido de sangre en la región pelviana, se registra una mayor lubricación de la vagina y el clítoris se vuelve más turgente. La parte superior de la vagina se expande y aumenta su calibre, mientras que la entrada vaginal adquiere mayor firmeza. Durante el orgasmo después del mismo se producen contracciones uterinas y se produce una relajación física. En la parte final de la estimulación, la zona genital es hipersensible y se pueden producir nuevos orgasmos.

Con el paso de los años, la capacidad de respuesta es más lenta y la excitación menos intensa. Después de la menopausia se precisa más tiempo para conseguir la lubricación vaginal, los orgasmos son más breves y las contracciones menos intensas. La fase final de la estimulación también se acorta. Estos cambios son normales y ocurren en la mayoría de las mujeres.

Cambios físicos debidos a la menopausia

Uno de los factores biológicos que alteran la sexualidad es la sequedad vaginal, dado que la capacidad de lubricación se reduce notablemente por la menor producción de estrógenos.

El cuerpo del útero y el cuello uterino disminuyen de tamaño, lo que en algunas mujeres provoca contracciones uterinas dolorosas durante y después del orgasmo. Estas molestias disminuyen el deseo sexual por el dolor que provoca la relación sexual.

Sin embargo, estos cambios se pueden neutralizar con la aplicación local de cremas que contienen estrógenos o mediante el tratamiento con este tipo de hormonas.

Pérdida del interés sexual

La respuesta sexual de la mujer menopáusica es muy variable. En el estudio Stanford (1992) se encontró que el 72% de las mujeres notaron cambios en el interés sexual en los años próximos a la menopausia. En el 48% de los casos estos cambios consistieron en una disminución de la líbido; pero el 23% experimentó un aumento del deseo sexual y el 20% no notó cambios.

Los pequeños cambios en el interés sexual no suelen ser problemáticos y no requieren tratamiento si la pareja se adapta al cambio.

Las causas de la disminución del deseo sexual pueden ser:

  • No tener pareja.
  • La calidad de la relación y comunicación con su pareja.
  • La calidad de la vida sexual previa a la menopausia: cuanto más activa era su actividad sexual previa, más probable es que lo siga siendo tras la menopausia.
  • El grado de fatiga.
  • El aburrimiento sexual.
  • La presencia de problemas psicológicos, como estrés o depresión.
  • La presencia de algunos trastornos, como la sequedad vaginal.
  • La toma de determinados medicamentos, como los antidepresivos.
  • La calidad de vida global.

Pero para los problemas hay soluciones

Para las molestias físicas causadas por la menopausia, como es el caso de la sequedad vaginal, el tratamiento con estrógenos produce una notable mejoría.

Otro aspecto importante es el mantenimiento de relaciones sexuales. Cuando a pesar de haber corregido las condiciones de los órganos genitales persiste la falta de interés sexual, se pueden emplear pequeñas dosis de testosterona para recuperar la líbido.

Si hay problemas de comunicación personal entre la pareja, es importante mejorar las habilidades y el diálogo para adaptarse a los cambios. Los problemas de pareja no resueltos constituyen un serio lastre para la sexualidad.

Para los problemas psicológicos o la aversión a las relaciones sexuales es importante el consejo psicológico especializado y replantear la relación de pareja. Por lo demás, la variedad en las relaciones sexuales puede contrarrestar el aburrimiento sexual.

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