Embarazo - En Profundidad - Prevención de la deficiencia de yodo durante el embarazo y la lactancia

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¿Qué es y para qué sirve el yodo?

El yodo es un nutriente esencial para la vida, que debe administrarse regularmente a través de la alimentación. Su función es intervenir en la síntesis de hormonas tiroideas, imprescindibles para el normal desarrollo de todos los órganos y especialmente del sistema nervioso central. Por eso, debe evitarse la carencia de yodo durante el embarazo y la lactancia para prevenir alteraciones en el desarrollo físico y mental del niño.

Requerimientos mínimos de yodo

Los requerimientos mínimos de yodo en adultos son 150 microgramos/día. En la embarazada y el lactante, las necesidades de yodo prácticamente se duplican. Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), dichas necesidades son 250 microgramos/día.

¿Cuándo debe aumentarse la ingesta de yodo?

Durante la primera mitad del embarazo, el feto no es capaz de sintetizar hormonas tiroideas y son las de la madre, que pasan la placenta, las que juegan un papel decisivo para el desarrollo del cerebro del feto.

Los daños más graves, como el retraso mental, se producen cuando hay carencia de yodo durante la primera mitad del embarazo. La corrección de esta carencia en la segunda mitad ya no evita esos daños. Lo idóneo es que la mujer tenga buenas reservas de yodo antes de quedar embarazada, lo que permitirá que lleguen al feto las hormonas tiroideas de la madre en las cantidades necesarias para la formación y maduración de los tejidos. Lo mismo sucede durante la lactancia, ya que la leche materna es la única fuente de suministro de esta sustancia para el niño.

Recomendaciones nutricionales de yodo

Aunque durante el embarazo se debe tomar poca sal, es importante que siempre se utilice sal yodada en la preparación de los alimentos. Debe aumentarse la ingesta de productos del mar (pescados, mariscos y crustáceos). Cuando la alimentación no sea suficiente para cubrir las necesidades de yodo de la mujer embarazada y, por tanto, del feto, y siempre que lo recomiende el médico, debe suplementarse la dieta con productos farmacológicos ricos en yodo, a ser posible antes de que se produzca el embarazo.

Observaciones

  • La sal llamada marina o de herboristería no es igual que la sal yodada (enriquecida en yodo), pues su contenido en yodo es mucho menor y no es suficiente para compensar una carencia.
  • Se aconseja añadir la sal yodada a la comida preferentemente al final de la cocción.
  • La sal yodada conserva su actividad durante unos seis meses, por lo que debe  vigilarse la fecha de caducidad del envase.
  • El coste de la sal yodada es el mismo que el de la sal no yodada.
  • Sólo es sal yodada la que en el etiquetado del envase lleva de manera expresa la leyenda: "Sal yodada".

​No se aconseja aumentar el consumo habitual de sal; sólo se ha de sustituir la sal no yodada por sal yodada. Se considera suficiente el contenido de una cucharadita de café de sal yodada al día (unos tres gramos) para cubrir las necesidades diarias de yodo.

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