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Tomografía axial computarizada (TAC)

¿Qué es?

Se utiliza un aparato de rayos X que, en lugar de emitir un sólo haz de rayos a través del cuerpo (como en una radiografía normal), emite muchos haces simultáneamente desde diferentes ángulos en cada corte que explora. El conjunto de imágenes obtenidas en cada corte son analizadas con ayuda de un ordenador para componer una imagen del interior del cuerpo. Los tejidos absorben de diferente manera esta energía según su densidad y el ordenador utiliza toda esa información para calcular la densidad relativa de los tejidos que son explorados, elaborando una imagen en dos dimensiones y en blanco y negro de los diferentes cortes transversales del cuerpo. Las máquinas más modernas procesan la información para reproducir imágenes tridimensionales del organismo. Las imágenes obtenidas por TAC son mucho más detalladas que las de la radiología convencional.

¿Para qué se utiliza?

Originalmente, el escáner o TAC se diseñó para obtener imágenes del cerebro, pero hoy en día la técnica está más avanzada y permite obtener imágenes de cualquier parte del cuerpo. En ocasiones, es necesario inyectar al paciente un contraste para optimizar las imágenes.

¿Cómo se realiza?

En algunos casos, se debe acudir en ayunas y puede ser necesario administrar un contraste. Le pedirán que se desvista, se quite los objetos metálicos y se tumbe en una camilla. El aparato parece un arco con un hueco en el centro. La camilla se deslizará hasta que la zona del cuerpo a explorar se encuentre bajo el arco. Dicha camilla se mueve hacia delante y hacia atrás controlada por un ordenador, de modo que van tomando las imágenes a intervalos a medida que se mueve. La duración de la prueba depende del número de imágenes y los ángulos desde los que se obtengan (un escáner completo requiere cerca de una hora). Puede resultar pesado permanecer tumbado y quieto y quizá se sienta agobiado por el arco.

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