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Mamografía

Fundamento

La mamografía, que es una técnica sencilla, rápida y relativamente económica, ha demostrado tener una gran utilidad y una insuperable relación coste/beneficio en el diagnóstico temprano del cáncer de mama, entendiendo por diagnóstico temprano una etapa en la que los nódulos o masas cancerosos no son detectables mediante exploración manual ni dan síntomas clínicos.

La puesta en marcha de programas de detección precoz del cáncer de mama, es decir, la práctica sistemática de mamografías a todas las mujeres a partir de una cierta edad o al cumplir determinadas condiciones, ha permitido tanto reducir la mortalidad debida a este tipo de cáncer como iniciar el tratamiento en fases más tempranas de la enfermedad, lo que redunda en unos mejores índices de curación y de supervivencia.

En el ámbito de la Unión Europea a la que España pertenece se recomienda la realización sistemática cada dos años de una mamografía en las mujeres de 50 a 70 años de edad, además de cuando se detecten anomalías en la exploración de la mama. En las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama, se recomiendan las mamografías a edades más tempranas y con mayor frecuencia (cada año).

¿Qué es?

La mamografía es una técnica de radiografía simple que, mediante la emisión de dosis bajas de rayos X, obtiene imágenes del tejido interno de las mamas de la mujer. Al tratarse de una radiografía simple no requiere la inyección o la ingestión de sustancias de contraste ni la colocación de ningún tipo de instrumento en el cuerpo de la mujer a la que se le realiza la mamografía.

Aunque técnicamente muy similares, por no decir que idénticas, se distinguen dos tipos de mamografía en razón de la finalidad con la que se realizan: la mamografía de detección y la mamografía de diagnóstico . La primera es la que se realiza como parte de los programas de detección precoz del cáncer de mama, y por tanto a mujeres que no presentan ningún tipo de signo o síntoma de la enfermedad. La segunda se practica a mujeres en las que ya se han detectado signos o síntomas sospechosos, como nódulos, engrosamiento de la piel, secreción por el pezón y otros y, como su nombre indica, tiene como finalidad establecer un diagnóstico de tales alteraciones.

Así como en el caso de la mamografía de detección basta con la toma de dos radiografías de cada mama, en el de la de diagnóstico se requiere la toma de un mayor número de ellas desde diferentes ángulos, o incluso ampliando una zona sospechosa, con objeto de que no pase inadvertida ninguna alteración.

Para la realización de la mamografía la mujer se ha desnudar de cintura para arriba y colocar la mama, tal como se le indique, sobre la plataforma que tiene al efecto el aparato de mamografía.

El técnico radiólogo que realizará la toma de la mamografía le comprimirá el seno con una placa que desciende verticalmente sobre la plataforma. La compresión de la mama es necesaria:

  • Para aplanarla y hacer que todos los tejidos de la misma puedan visualizarse
  • Para que sea menos probable que pequeños nódulos o anormalidades queden ocultos por los tejidos circundantes
  • Para que se pueda aplicar la dosis más pequeña posible de radiación
  • Para evitar movimientos de la mama, que darían lugar a una imagen borrosa
  • Para evitar la dispersión de los rayos X y aumentar así la resolución de la imagen

Se tomarán imágenes en dos posiciones: vertical de arriba hacia abajo y lateral oblicua. Este proceso se repetirá en ambas mamas. Durante la toma de imágenes la mujer ha de permanecer inmóvil. Igualmente se le solicitará que no respire durante algunos segundos.

Una vez acabado el procedimiento se solicitará a la mujer que espere hasta que un radiólogo revise las imágenes obtenidas y certifique que son adecuadas o indique que se tomen otras nuevas.

Aun cuando la mamografía es un procedimiento indoloro, la compresión a la que se somete a las mamas durante la toma de imágenes puede resultar más o menos molesta dependiendo de la sensibilidad de cada mujer. Se recomienda que las mujeres con mamas especialmente sensibles eviten realizarse la mamografía durante los días de mayor sensibilidad, que suelen ser los de la menstruación y los inmediatamente posteriores. En cualquier caso, si la mujer experimenta una gran incomodidad o molestia debe comentárselo al técnico radiólogo para que intente reducir la compresión.

Preparación para la mamografía

La realización de una mamografía no requiere ninguna preparación especial por parte de la mujer. Todo se reducirá a en el momento de desvestirse quitarse todos los objetos metálicos que pueda llevar encima: collares, pulseras, etc. Igualmente, en el día de toma de la mamografía deberá evitar ponerse cremas, lociones, perfumes, desodorantes, polvos de talco, y otros productos de cosmética que pueden alterar la imagen radiológica.

Si la mujer está embarazada o piensa que puede estarlo, deberá advertir de ello al radiólogo.

Es recomendable que el día que le realicen cada nueva mamografía lleve la última que le hayan hecho para que el experto radiólogo pueda compararlas.

Como se ha dicho, la finalidad de las mamografías de detección es descubrir el cáncer de mama en el estadio más temprano posible, pues ello permitirá iniciar el tratamiento de inmediato, posiblemente antes de que la enfermedad se haya extendido.

Los estudios que se han llevado a cabo indican que la mamografía de detección realizada periódicamente (cada dos años) puede contribuir a reducir el número de muertes por cáncer de mama entre las mujeres de 40 a 74 años de edad, y especialmente entre las de más de 50 años.

Por otra parte, la mamografía es una técnica que permite detectar con notable precisión tumores pequeños y de todo tipo y crecimientos anormales de tejidos en las mamas.

Exposición a la radiación

Aun cuando existe el riesgo teórico de que la exposición a los rayos X que supone la mamografía pueda provocar cáncer, este riesgo es mínimo por cuanto la cantidad de radiación recibida en cada mamografía es muy baja, no superior a la que una persona recibe en la vida normal a lo largo de un año.

Los avances tecnológicos introducidos en los modernos aparatos de mamografía han reducido enormemente las dosis de radiación al tiempo que incrementaban la calidad y sensibilidad de las imágenes obtenidas.

Detectar el cáncer no siempre significa salvar vidas

Es cierto que la mamografía permite detectar tumores muy pequeños que aún no se pueden palpar y por tanto iniciar el tratamiento de inmediato. Desgraciadamente, este tratamiento temprano no necesariamente supondrá salvar la vida de la mujer. A veces un cáncer de crecimiento rápido o de gran malignidad puede no responder al tratamiento incluso iniciado muy pronto.

Resultados negativos falsos

Se entiende por resultado negativo el de una mamografía que no ha detectado un cáncer cuando realmente existe. La causa principal de los resultados negativos falsos es la elevada densidad del tejido mamario que no permite visualizar el tumor. El daño que se deriva de un resultado negativo falso es que no se realiza tratamiento en casos en los que debería llevarse a cabo.

Resultados positivos falsos

Esta situación se da cuando el informe de la mamografía indica que hay un cáncer y realmente no lo hay. Obviamente se trata de un error de valoración de la imagen obtenida. Para evitar estos resultados positivos falsos, ante toda mamografía con un resultado en principio positivo (presencia de cáncer) se deberían realizar pruebas adicionales como una mamografía de diagnóstico, una ecografía o una biopsia , para determinar si realmente hay cáncer o no. Un resultado positivo falso puede generar ansiedad y angustia.

Limitaciones de la mamografía

Como ya se ha dicho, la mamografía permite detectar anomalías en la mama, pero no siempre se puede determinar según ella si tal anomalía es de naturaleza benigna o maligna, de manera que será necesario realizar otras pruebas o exploraciones como las que se acaban de referir.

La interpretación de las imágenes obtenidas en la mamografía puede ser difícil bien porque determinadas sustancias (talco, desodorantes, etc.) aplicadas sobre la mama alteran la imagen radiográfica, bien por la amplia diversidad de tejidos mamarios normales que se dan entre las mujeres.

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