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Biopsia renal

¿Qué es?

¿Qué es la biopsia renal? Consiste en la obtención de una pequeña porción de tejido del riñón y su posterior estudio al microscopio. Efectos secundarios y análisis de resultados.

Obtención de la muestra

Existen diferentes técnicas para la obtención de la muestra de tejido renal:

  • Biopsia por punción: esta es la técnica habitual, la más utilizada. También se la conoce como biopsia percutánea. Consiste en la introducción de una aguja de biopsia a través de una pequeña incisión haciéndola llegar hasta dentro del riñón para la obtención de una muestra de tejido renal. La introducción de la aguja es guiada mediante una técnica de imagen, en concreto, una ecografía o un TAC (tomografía computarizada). El procedimiento se lleva a cabo con anestesia local y en un gabinete de radiología de un hospital.
  • Una técnica de uso mucho menos frecuente es la biopsia abierta. En realidad, se trata de una intervención quirúrgica mayor, en la que se realiza una incisión en la zona lumbar a través de la que se visualiza y se accede al riñón de forma directa y se obtiene una muestra de tejido renal. Este tipo de biopsia se realiza cuando se sospecha la existencia de una masa o tumor maligno. La muestra de tejido se somete a un estudio rápido en el curso de la intervención quirúrgica y, si se confirma su malignidad, se practica una intervención más extensa con objeto de extirpar las masas o tejidos malignos. Se realiza con el paciente hospitalizado y bajo anestesia general. Una alternativa a la cirugía abierta es la cirugía por laparoscopia, en la que se introducen diferentes instrumentos, quirúrgicos y de visualización, a través de pequeños orificios practicados en el cuerpo.
  • Biopsia transvascular: cuando debido a las características clínicas del enfermo no se puede realizar la biopsia por punción, se puede recurrir a la biopsia transvascular. Consiste en hacer llegar hasta el riñón, a través de la vena femoral o yugular, un catéter dotado de un sistema de pinzas o aguja con el que se puede obtener una muestra de tejido. Es una técnica menos agresiva que las anteriores, pero también es más difícil obtener con ella muestras de tejido renal válidas.

Razones para la práctica de una biopsia renal

La práctica de una biopsia renal tiene una finalidad fundamentalmente diagnóstica. Con el estudio del tejido renal se pretende conocer de forma precisa cuál es la enfermedad que afecta a los riñones. También se utiliza para hacer el seguimiento de un riñón trasplantado.

El médico puede indicar que se realice una biopsia renal:

  • Al enfermo que presenta una pérdida inexplicada de su función renal (fracaso renal o insuficiencia renal crónica).
  • Al enfermo en cuya orina hay una presencia persistente de sangre o de proteínas (hematuria o proteinuria, respectivamente).
  • Al enfermo con patologías sistémicas (lupus y otras), que tienen repercusión sobre la función renal, para confirmar la gravedad de esta afección y establecer un plan de manejo de la situación.
  • Al paciente con enfermedad renal ya diagnosticada previamente para hacer su seguimiento.

Antes de la biopsia

La biopsia renal es un procedimiento para el que el enfermo ha de dar su consentimiento por escrito tras haber sido informado de manera clara y pormenorizada respecto al mismo. Por tanto, el enfermo está en su derecho de solicitar cuanta información o aclaraciones necesite.

Antes de someterse a una biopsia pulmonar, al enfermo le realizarán análisis, que como mínimo incluirán un hemograma completo y un estudio de la coagulación.

También se le preguntará si está siguiendo tratamiento con medicamentos como antiagregantes, anticoagulantes o antiinflamatorios, y probablemente se le indicará que suspenda su toma unos días antes de la biopsia. Igualmente se le preguntará por posibles alergias a medicamentos o sustancias como el látex, el yodo, o los anestésicos, sean locales o generales.

Si se trata de una mujer, se le preguntará si está embarazada o si sospecha que puede estarlo. Si no se lo preguntaran, la mujer informará al médico de ello.

Es probable que le soliciten al enfermo que no ingiera alimentos sólidos ni bebidas en las 8 horas previas a la realización de la biopsia.

Durante la biopsia

Como ya se ha dicho, lo más probable es que si le han de realizar una biopsia renal la técnica que se utilice sea la biopsia percutánea (por punción) guiada por ultrasonidos (ecografía) u otra técnica de imagen.

El procedimiento discurrirá como sigue:

  • El enfermo se desnudará y se quitará todos los objetos que lleve puestos y que puedan estorbar.
  • Probablemente se le pondrá una vía intravenosa.
  • Se le acostará boca abajo, de manera que la zona renal quede perfectamente accesible.
  • Cuando se le administre el anestésico local sentirá un pinchazo y una leve sensación punzante.
  • Se le pedirá que permanezca inmóvil durante el procedimiento.
  • En el momento en que el médico introduzca la aguja se le pedirá que inhale profundamente y que retenga la respiración. Así se evitarán movimientos del diafragma que podrían interferir en la correcta ubicación de la aguja de biopsia.
  • Puede sentir una molestia o presión cuando se le introduzca la aguja en el riñón.
  • Normalmente se necesitará más de una muestra de tejido, por lo que se repetirá la punción tantas veces como muestras de tejido deban obtenerse (habitualmente bastan dos).
  • Una vez tomada la muestra de tejido, se retirará la aguja y se ejercerá presión en la zona de incisión para evitar el sangrado y se cerrará la herida con sutura o bandas adhesivas.

Si se realiza una biopsia abierta o una biopsia por laparoscopia, el procedimiento será el de una intervención quirúrgica mayor y se realizará en quirófano y bajo anestesia general.

Después de la biopsia

Los cuidados que el enfermo recibirá después de la biopsia dependerán del tipo de biopsia que se le haya practicado y de la anestesia que haya recibido.

Si la anestesia es general, el enfermo permanecerá en observación en la sala de recuperación hasta que su presión arterial, pulso y respiración se estabilicen y recupere por completo la conciencia. Tras esto, será trasladado a su habitación en el hospital hasta que se le dé de alta.

Si el enfermo recibió anestesia local, tras el procedimiento se le trasladará a la sala de recuperación y cuando sus constantes vitales se estabilicen podrá ser trasladado a la habitación o dado de alta.

Antes de ello, sin embargo, el enfermo permanecerá acostado boca arriba durante varias horas y se le controlará la orina para detectar signos de sangrado. También pueden realizarle análisis de sangre para descubrir un posible sangrado interno.

Deberá informar al médico en el caso de que presente alguno de los síntomas siguientes:

  • Presencia de sangre en la orina después de las primeras 24 horas de que le hayan practicado la biopsia.
  • Fiebre y/o escalofríos.
  • Enrojecimiento, hinchazón, sangrado o presencia de otro tipo de secreciones en el punto de punción.
  • Aumento del dolor en la zona circundante al punto de punción.
  • Sensación de desmayo.

Lo normal será que deba descansar durante uno o dos días y que durante otros cuantos más tenga que evitar actividades físicas de cierta intensidad o que implican impacto como correr, montar a caballo o la mayoría de los deportes.

Molestias tras la biopsia

Después de una biopsia por punción es normal que en la zona de punción se experimente sensibilidad o dolor durante algunos días, y para ello se prescribirán analgésicos. El enfermo deberá tomar los que se le indiquen y no otros; debe tener en cuenta que determinados analgésicos pueden incrementar el riesgo de que se produzcan hemorragias.

Riesgos de la biopsia renal

Si la biopsia es abierta, es decir, que se realiza una intervención quirúrgica con anestesia general, pueden presentarse las complicaciones propias de este tipo de procedimiento, las principales de las cuales son la pérdida de sangre o la formación de coágulos, el dolor y las infecciones.

En el caso mucho más frecuente de la biopsia percutánea, en la que se utiliza sedación suave y/o anestesia local, las complicaciones que pueden presentarse son:

  • Casi en el 100% de los casos habrá hematuria (sangre en la orina) microscópica (no detectable a simple vista), y en más del 90% hematoma alrededor del riñón. Por lo general, la importancia clínica de estas complicaciones es escasa.
  • Hematomas y molestias en la zona de punción.
  • Sangrado prolongado en el punto de punción, en la orina o áreas internas.
  • Punción por error de órganos o estructuras adyacentes al riñón.
  • Infecciones en la zona de biopsia.

Se ha de tener en cuenta que la biopsia renal puede estar contraindicada en personas:

  • Con una infección renal activa.
  • Con alteraciones hemorrágicas (problemas de la coagulación, por ejemplo).
  • Hipertensión arterial no controlada.
  • Con un solo riñón funcionante.

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