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Biopsia ósea

¿Qué es?

Se entiende por biopsia ósea la extracción de un fragmento de hueso de una persona y su posterior estudio en el laboratorio de anatomía patológica.

A diferencia de la biopsia de médula ósea, en la que se puede extraer una pequeña porción de hueso que contiene médula ósea o sólo ésta pues es la médula lo que interesa analizar, en la biopsia ósea se extrae únicamente hueso.

Obtención de la muestra

Existen diferentes técnicas para la obtención de la muestra de hueso:

  • Biopsia por punción: ésta es la técnica habitual, la más utilizada. Consiste en la introducción de una aguja especial de biopsia a través de una pequeña incisión haciéndola llegar hasta dentro del hueso para la obtención de una muestra de éste. El procedimiento se lleva a cabo con anestesia local.
  • Biopsia abierta: en realidad, se trata de una intervención quirúrgica mayor, en la que se realiza una incisión a través de la que se visualiza y se accede al hueso objeto de estudio de forma directa y se obtiene una muestra de él. Este tipo de biopsia se realiza cuando se sospecha la existencia de una enfermedad maligna. La muestra de hueso se somete a un estudio rápido en el curso de la intervención quirúrgica y, si se confirma su malignidad, se practica una intervención más extensa con objeto de extirpar las masas o tejidos malignos. Se realiza con el paciente hospitalizado y bajo anestesia general.

Razones para la práctica de una biopsia ósea

Entre los diferentes motivos que pueden llevar a un médico a indicar la práctica de una biopsia ósea podemos destacar los siguientes:

  • Para determinar con precisión si un tumor óseo es de carácter benigno o maligno. Algunos tumores óseos benignos son el osteocondroma, el osteoma osteoide, el osteoblastoma y el fibroma. Son malignos el sarcoma de Swing, el mieloma múltiple y el osteosarcoma.
  • Para evaluar dolor o sensibilidad en los huesos y averiguar su posible causa.
  • En muchos casos la biopsia se indica del hallazgo de alguna anomalía ósea en exploraciones radiológicas, de tomografía axial computarizada (TAC) u de otras.
  • Para determinar la causa de una infección o una inflamación en los huesos para la que no hay una explicación clara.

Preparación del paciente

La biopsia ósea es un procedimiento para el que el enfermo ha de dar su consentimiento por escrito tras haber sido informado de manera clara y pormenorizada respecto al mismo. Por tanto, el enfermo está en su derecho de solicitar cuanta información o aclaraciones necesite.

Al enfermo se le preguntará si está siguiendo tratamiento con medicamentos como antiagregantes, anticoagulantes o antiinflamatorios, y probablemente se le indicará que suspenda su toma unos días antes de la biopsia. Igualmente, se le preguntará por posibles alergias a medicamentos o sustancias como el látex, el yodo, o los anestésicos, sean locales o generales, y sobre posibles trastornos de la coagulación (propensión a las hemorragias).

Si se realiza una biopsia abierta, se solicitará al enfermo que se mantenga en ayunas (no comer ni beber) desde 8 a 12 horas antes de la biopsia.

Lo que se siente durante el procedimiento

Aun cuando cada persona tendrá unas sensaciones diferentes durante la práctica de una biopsia ósea, en términos generales se puede decir que el procedimiento es molesto y hasta doloroso, aunque soportable.

Al inyectarle el anestésico local en el caso de la biopsia por punción, el paciente experimentará un pinchazo y una sensación de quemazón. Cuando el médico introduce la aguja, el enfermo sentirá presión porque el médico tendrá que hacer fuerza para penetrar con la aguja los tejidos, especialmente el hueso.

Dado que no es posible anestesiar el hueso y es un tejido sensible, cuando la aguja se introduzca en él el enfermo puede sentir un dolor agudo, sordo y pasajero. Por ello, es posible que se administre al enfermo un sedante que le ayude a soportar mejor el procedimiento.

Cuidados tras la biopsia

Los cuidados que el enfermo recibirá después de la biopsia dependerán del tipo de biopsia que se le haya practicado y de la anestesia que haya recibido.Si la anestesia es general, el enfermo permanecerá en observación en la sala de recuperación hasta que su presión arterial, pulso y respiración se estabilicen y recupere por completo la conciencia. Tras esto será trasladado a su habitación en el hospital hasta que se le dé de alta.

Si el enfermo recibió anestesia local, se le dará de alta cuando su presión arterial, pulso y respiración se estabilicen. Una vez en su domicilio, es importante que el enfermo mantenga la zona de punción limpia y seca. Es posible que el enfermo experimente un cierto dolor en la zona de punción durante unos días tras el procedimiento; normalmente este dolor cederá con la administración de los analgésicos habituales. Debe tenerse en cuenta que algunos analgésicos incrementan el riesgo de hemorragia, por lo que será preferible evitar su toma tras la realización de una biopsia, especialmente por parte de personas con algún trastorno de la coagulación.

El paciente deberá notificar a su médico la presencia de cualquiera de los síntomas o situaciones siguientes: fiebre, aumento del dolor en la zona de punción, y enrojecimiento, hinchazón, sangrado u otra secreción en dicha zona.

Riesgos del procedimiento

Las personas con afecciones óseas, que son aquéllas a las que se les realiza una biopsia ósea, en ocasiones padecen también trastornos de la coagulación, lo que supone que tengan un mayor riesgo de sangrado. Por lo demás, y como ocurre con cualquier procedimiento quirúrgico, la biopsia ósea puede dar lugar a complicaciones como:

  • Hematoma local en la zona del pinchazo. Es una complicación menor que se resuelve espontáneamente en poco tiempo.
  • Sangrado prolongado en la zona de punción. Es una complicación poco frecuente y que sólo sería grave en una persona con un trastorno de la coagulación, circunstancia que ya habrá sido prevista antes de llevar a cabo el procedimiento.
  • Infección en la zona de punción o en el hueso del que se ha extraído la muestra. Las medidas de asepsia con las que se realiza el procedimiento hacen que esta complicación sea muy infrecuente.
  • Fractura ósea o lesión de los tejidos circundantes a la zona de punción.

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