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Biopsia hepática

¿Qué es una biopsia hepática?

La biopsia hepática es la obtención de una pequeña porción de tejido del hígado, lo que se hace mediante punción de este órgano con una aguja a través de la que se obtiene por aspiración o mediante un pequeño corte esa pequeña muestra de tejido, y su posterior estudio al microscopio.

Diferentes técnicas de obtención de la muestra

Existen diferentes técnicas para la obtención de la muestra de tejido del hígado, y el médico empleará cada una de ellas atendiendo a las características o circunstancias clínicas del enfermo.

  • La más habitual es la punción a ciegas, es decir, la introducción de una aguja en el hígado atravesando la pared abdominal. Antes de realizar esta técnica, el médico se habrá asegurado mediante una ecografía de que no hay lesiones en el hígado (vasculares, por ejemplo) que desaconsejen su práctica.
  • Cuando interesa realizar la punción en un punto concreto del hígado, o evitar puncionar en otro, se realiza la punción bajo control radiológico. En este caso, durante todo el proceso se obtienen imágenes (habitualmente mediante ecografía o TAC) que permiten al médico que realiza la punción dirigir la aguja al punto deseado.
  • Otra técnica, algo más agresiva, es la punción por laparoscopia, que consiste en la introducción en la cavidad abdominal, a través de una incisión, de un fibroscopio. Esto permite al médico tener una visión directa del hígado, extraer la muestra de tejido a través del fibroscopio e interrumpir el sangrado en caso de hemorragia.
  • La última técnica es la biopsia por vía transyugular, que consiste en introducir un catéter a través de la vena yugular haciéndolo llegar hasta la vena hepática derecha, de la que se puede obtener una muestra de tejido. El rendimiento diagnóstico de esta técnica es inferior al de las precedentes, pero es un recurso en personas con trastornos de la coagulación en los que pueden producirse hemorragias.

Todas estas técnicas se realizan con el paciente hospitalizado (estancia de 24 horas).

Antes de practicar la punción se limpiará la piel de la zona con un antiséptico y se administrará al enfermo anestesia local. Éste permanecerá tumbado boca arriba en una camilla y con la mano derecha colocada debajo de la cabeza. Para evitar que el hígado sufra alguna lesión al realizarse la punción, se solicitará al enfermo que realice una inspiración profunda y que no respire ni se mueva durante los breves segundos que se tarda en realizar la punción y extraer la muestra de tejido.

Razones para la práctica de una biopsia hepática

La realización de una biopsia hepática tiene como finalidad fundamental el diagnóstico lo más preciso posible de diferentes enfermedades del hígado, como el cáncer, infecciones como las hepatitis, la cirrosis y otras, y el médico indicará su realización ante alteraciones de los niveles de las enzimas hepáticas y ante la existencia de signos y síntomas clínicos como el agrandamiento del tamaño del hígado. Aparte de esto, la biopsia permite conocer el grado de lesión de una enfermedad hepática o el estadio evolutivo de la misma.

Preparación del enfermo

Antes de someterse a una biopsia hepática el enfermo deberá:

  • Haberse realizado los correspondientes análisis, que, como mínimo, incluirán un hemograma completo y un estudio de la coagulación.
  • Si seguía tratamiento con medicamentos como antiagregantes, anticoagulantes o antiinflamatorios, haber suspendido su toma desde unos días antes.
  • Haberse realizado una ecografía de hígado tanto para descartar la existencia de lesiones que no hagan recomendable la práctica de una punción a ciegas, como para delimitar el punto más adecuado para realizar la punción.
  • Mantenerse en ayunas durante las 8-12 horas previas a la realización de la biopsia

Respecto a las posibles molestias derivadas de la realización de la biopsia, lo normal será que el enfermo experimente un cierto dolor urticante por el pinchazo de la aguja y la inyección del anestésico, así como una presión profunda y un dolor sordo, que se puede irradiar al hombro, por la introducción de la aguja de biopsia.

Cuidados tras la biopsia

El personal sanitario indicará al paciente que permanezca tumbado y en reposo sobre la zona donde le han realizado la punción durante las primeras 4 a 6 horas. Con ello se pretende ejercer compresión sobre la zona y prevenir sangrados.

Pasadas estas primeras horas, el paciente permanecerá en la cama hasta completar las 24 horas. Entonces se le dará el alta y podrá continuar con su vida normal.

Posibles complicaciones

Aun cuando se hayan respetado las posibles contraindicaciones para la práctica de la biopsia y se haya elegido la técnica más adecuada en cada caso, y se haya llevado a cabo el procedimiento con toda corrección, pueden aparecer complicaciones, que pueden ir desde dolor en la zona biopsiada hasta hemorragia o perforación de una víscera hueca.

Las complicaciones más frecuentes, como el dolor y el síncope vasovagal (lipotimia o mareo), son las más leves y las de más fácil control.

Otras complicaciones más graves pero mucho menos frecuentes son:

  • Hemorragia (la más frecuente de las complicaciones graves) que se da en alrededor del 1,5% de los casos.
  • Punción de otros órganos (evidentemente por error), como el pulmón, el riñón y el páncreas, o de otras zonas anatómicas, como el colon, el intestino delgado o las glándulas suprarrenales.
  • Peritonitis biliar por punción de la vesícula o de las vías biliares.
  • Infecciones.
  • Diseminación de células tumorales por punción accidental de una masa tumoral.

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