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Análisis del líquido cefalorraquídeo

¿Qué es?

Es un líquido transparente que rodea el encéfalo y la médula espinal y que en condiciones normales tiene un volumen de entre 100 y 150 mililitros (cm3).

El líquido cefalorraquídeo desempeña tres funciones de importancia vital en nuestro organismo:

  • Actuar como colchón o amortiguador del encéfalo dentro de la bóveda craneal protegiéndolo frente a posibles traumatismos.
  • Llevar los nutrientes al cerebro y eliminar los desechos.
  • Estar circulando constantemente entre el cráneo y la médula espinal para compensar los cambios en el volumen de sangre dentro del cráneo y mantener así una presión intracraneal constante.

¿Cómo se realiza el análisis?

Lo primero es la obtención de una muestra de líquido cefalorraquídeo. Hay diferentes formas de obtener esta muestra:

Punción lumbar

Es la que se utiliza con mayor frecuencia. La técnica se realiza de la siguiente manera:

  • El paciente se ha de acostar de lado, adoptando la posición del feto dentro del vientre materno. En ocasiones, el procedimiento se lleva a cabo con el paciente sentado en una silla y doblado hacia delante.
  • Se limpia la piel de la zona y se inyecta un anestésico local en la zona lumbar.
  • El médico introduce una aguja de pequeño calibre en el espacio intervertebral de dos vértebras lumbares, lo más próximas posible al final de la columna vertebral hasta llegar a la médula espinal.
  • Hecho esto, mide la presión del líquido cefalorraquídeo y comienza a extraer la muestra de éste y la reparte en pequeñas cantidades en diferentes recipientes, cada uno destinado a las distintas pruebas o determinaciones analíticas que hayan de realizarse.
  • Una vez obtenida la muestra suficiente retira la aguja y cubre el punto de punción con un apósito. Habitualmente se pide al paciente que permanezca acostado boca arriba y que beba abundante líquido, lo que tiene como finalidad evitar los posibles efectos secundarios de la punción.
Punción lumbar con fluroscopia

A veces se utilizan rayos X especiales para guiar la introducción de la aguja hasta el lugar apropiado.

Puede ocurrir que la persona a la que se le ha de extraer líquido cefalorraquídeo tenga una deformidad o una infección en la zona lumbar, lo que dificultará o imposibilitará la práctica de una punción lumbar. En estos casos se recurre a métodos alternativos:

  • Punción cisternal o suboccipital: en este caso la aguja se introduce debajo del hueso occipital (parte posterior del cráneo). Es una técnica que entraña riesgos por la proximidad del tronco encefálico, por lo que siempre se realiza acompañada de fluoroscopia.
  • Punción ventricular: se realiza sólo de forma excepcional y en personas con posible hernia cerebral. La técnica se realiza en el quirófano y consiste en perforar un orificio en el cráneo a través del que se inserta una aguja directamente en uno de los ventrículos del cerebro y de allí se extrae la muestra.
  • Extracción a través de una sonda: en pacientes hospitalizados en Unidades de Cuidados Intensivos y que tienen colocada una sonda para drenaje de los ventrículos cerebrales se puede usar ésta para la obtención de la muestra.

¿Para qué se utiliza?

El análisis del líquido cefalorraquídeo tiene como finalidad, por una parte, medir la presión de dicho líquido en las estructuras que lo contienen y, por otra, determinar la presencia en él de diferentes sustancias químicas (proteínas, glucosa, glutamina, lactato deshidrogenada, cloruro), de células orgánicas, de microorganismos patógenos (bacterias, virus, hongos), y realizar análisis bioquímicos.

Todos estos estudios permiten diagnosticar diferentes trastornos o enfermedades neurológicas, infecciosas o tumorales a tenor de los resultados obtenidos en ellos. Por ejemplo, unos valores anormales de glutamina pueden ser indicativos de encefalopatía hepática o de síndrome de Reye; niveles elevados de lactato deshidrogenada serían indicativos de inflamación o infección; valores elevados de la glucosa indicarían que también están elevados en la sangre, y valores bajos harían sospechar una infección (meningitis bacteriana o por hongos, tuberculosis…).

Antes y después de la extracción del líquido cefalorraquídeo

Antes de la obtención de la muestra de líquido cefalorraquídeo mediante cualquiera de los métodos antes expuestos, el paciente (o su tutor) ha de ser informado y se le solicitará su consentimiento por escrito (consentimiento informado) aceptando que se le realice la extracción.

Tras la extracción del líquido le recomendarán que permanezca entre 2 y 4 horas descansando tumbado, preferiblemente boca arriba y con la cabeza más baja que las piernas, con objeto de evitar escapes de líquido cefalorraquídeo.

Precauciones

Como ya se ha dicho, la punción para obtener líquido cefalorraquídeo se realiza con el paciente tendido en una camilla en posición fetal o sentado en una silla con el cuerpo curvado hacia delante (similar a la posición fetal). Mantener esta posición durante la realización de la técnica puede resultar incómodo, pero es extremadamente importante no moverse para evitar que la aguja pueda lesionar la médula espinal.

Como sabe, antes de la punción le inyectarán un anestésico que le provocará una sensación de ardor o picor pasajera.

En el momento en que el médico le introduzca la aguja experimentará una sensación de fuerte presión, y cuando la aguja atraviese el tejido que rodea la médula espinal notará un moderado dolor que debe desaparecer en unos segundos.

Riesgos

Los riesgos que acompañan a la realización de una punción para obtener líquido cefalorraquídeo son los siguientes:

  • Sangrado en el conducto raquídeo (espinal).
  • Malestar durante la realización de la técnica.
  • Reacción de hipersensibilidad (reacción alérgica) al anestésico.
  • Dolor de cabeza después de la técnica que suele desaparecer con el reposo y la toma abundante de líquidos.
  • Lesión de la médula espinal (porque el paciente se mueve durante la realización de la técnica).
  • Las punciones cisternal y ventricular entrañan un mayor riesgo de lesión del tejido cerebral o del tronco del encéfalo y de hemorragia cerebral que podrían causar una incapacidad o incluso la muerte.
Contraindicaciones

La técnica estaría contraindicada en personas con:

  • Un tumor localizado en la parte posterior del cerebro y que presiona el tronco del encéfalo.
  • Trastornos de la coagulación de la sangre.
  • Trombocitopenia.

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