Los sectores más desfavorecidos de la sociedad son los más vulnerables a las consecuencias sobre la salud de la contaminación

Las personas más vulnerables a la contaminación son los niños, las personas mayores y las embarazadas

La Biblioteca Bidebarrieta de Bilbao ha acogido la celebración de una jornada monográfica dedicada a analizar el ‘Impacto de la contaminación en la salud'. El evento, que concitó una nutrida asistencia, estuvo organizado por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ACMB) y contó con la participación de destacados expertos en diversas áreas médicas relacionadas con el tema, con especialistas en Salud Pública, Microbiología, Cardiología, Neurología, Psiquiatría, Pediatría y Neumología.

La moderación de la jornada estuvo a cargo de la psiquiatra y profesora de Neurociencias en la Universidad del País Vasco, Agurtzane Ortiz, quien además ostenta la presidencia de la ACMB. En su introducción, aseveró que la contaminación tiene un "evidente impacto" en la salud humana. "La exposición a una gran variedad de contaminantes del aire, agua o suelo, incluso la contaminación térmica, vista como calentamiento global pueden causar diversos problemas de salud y enfermedades de distinta índole. La contaminación acústica, lumínica o visual incide quizá más sobre el sistema nervioso y psíquico. No parece raro, por tanto, tomar medidas para reducir la contaminación y proteger la salud pública".

El primero de los ponentes, Adrián Aguinagalde, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, jefe de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de Gipuzkoa, y miembro del grupo coordinador de la Sección de Salud Pública de la ACMB, puso de manifiesto que la población que reside en urbes populosas, con gran densidad circulatoria, o cerca de grandes empresas "tiene más factores de riesgo. Las personas que viven más cerca de las carreteras o de las instalaciones que emiten más partículas contaminantes tienen peor calidad de vida porque la contaminación no solo genera problemas de desarrollo, también cognitivos".

Entre los principales problemas de salud que tienen que ver con la contaminación, el experto citó los "problemas respiratorios, cardiovasculares, infartos, y neurovasculares como ictus", aludiendo también a otras enfermedades multifactoriales "como el cáncer".

Por su parte, Javier Garaizar, médico microbiólogo, referente de Medioambiente de Cruz Roja Bizkaia y miembro del grupo coordinador de la Sección Salud y Medioambiente de la ACMB, destacó que "la contaminación y otros fenómenos atmosféricos, como el cambio climático, están ya afectando nuestra salud a nivel multiorgánico. Todos sufriremos sus efectos, pero sobre todo, la población socialmente más vulnerable. Un 10 % de las familias de nuestro entorno sufre la denominada ‘pobreza energética', con carencias importantes a nivel doméstico que repercuten directamente sobre su salud. Es nuestro deber proteger a esa población constituida fundamentalmente por mujeres con hijos pequeños y mujeres mayores, que se encuentran en esa situación límite".

En su alocución, Alain Laskibar, cardiólogo adjunto al Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Basurto y presidente de la Sección de Cardiología de la ACMB, manifestó que "los médicos en general y los cardiólogos en particular debemos concienciarnos de la importancia que tiene la contaminación y transmitirlo a nuestros pacientes".

José María Losada, neurólogo adjunto al servicio de Neurología del Hospital Universitario Cruces y presidente de la Sección de Neurología de la ACMB comentó, durante su exposición, que desde hace unos años "se está conociendo que la exposición a la contaminación aumenta la frecuencia de varias enfermedades neurológicas como el ictus, el párkinson y el alzhéimer, en un grado que todavía está por caracterizar. Los mecanismos para que esto se produzca no están del todo determinados, pero incluyen la neuroinflamación y el aumento del estrés oxidativo que se consideran clave en la neurodegeneración".

Dentro de los contaminantes más estudiados como causa de enfermedades neurológicas el neurólogo aludió a sustancias químicas "como diferentes gases, metales pesados, pesticidas y herbicidas y también la contaminación lumínica y acústica".

Por el momento las medidas más eficaces para reducir los efectos de la contaminación sobre las enfermedades del sistema nervioso se centran "en la prevención y la reducción de la exposición".

El siguiente experto en intervenir fue José A. Martín Zurimendi, psiquiatra y presidente de la Sección de Psiquiatría de la ACMB. Tal y como afirmó, "aunque en Psiquiatría siempre se tiene en cuenta que la enfermedad se suele producir por una multiplicidad de causas, cada vez se está comprobando con mayor evidencia la relación de la contaminación ambiental con la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental, que habitualmente se asocian también al mero hecho de enfermar".

Además de esta constatación sobre las consecuencias de la polución del aire, de los suelos , del fuego (por los incendios) y del agua, los cuatro elementos básicos, "existe otro tipo de contaminación, más etérea, una especie de quintaesencia más "social", como el exceso de iluminación o de ruido, y el uso abusivo o inadecuado de pantallas y de las redes sociales, así como las consecuencias del cambio climático (calor, desastres naturales...), que producen un importante estrés, traumatismos emocionales, nuevos miedos y síntomas de salud mental".

El experto también incidió en la relación de la contaminación con "los sectores más desfavorecidos de la sociedad y con los grupos más vulnerables, como mayores o menores, cuyo sistema nervioso está en desarrollo hasta la juventud, pudiendo generar secuelas como la incitación al suicidio, la alteración de las conductas alimentarias, dificultades en el desarrollo emocional y cognitivo, y aislamiento, cuando no sintomatología más severa".

En su alocución, Jesús Rodríguez, pediatra y presidente de la Sección de Pediatría de la ACMB, recordó que "somos naturaleza y somos relación. Contaminar es ensuciar lo puro. Y contamina el que utiliza la relación para ‘obtener beneficios' sin sentir al otro, produciendo malestar". El pediatra incidió en que "las buenas relaciones, las que producen bienestar, son las que hacen crecer a las dos partes".

La última experta en intervenir en la mesa redonda fue Isabel Urrutia, neumóloga del servicio de Neumología del Hospital Universitario Galdakao-Usansolo y presidenta de la Sección de Neumología de la ACMB. Según explicó, la contaminación ambiental en las zonas urbanas es una mezcla compleja tanto de contaminantes producidos por el ser humano, como contaminantes procedentes de fuentes naturales. "Los contaminantes más comunes son las partículas llamadas PM (pequeñas partículas dispersas en la atmósfera y que se dividen generalmente según su diámetro aerodinámico en PM10 micrómetros y PM2,5 micrómetros), el dióxido de azufre (SO2), el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono (O3) y el monóxido de carbono (CO)".

La exposición a estos contaminantes se asocian con distintos problemas de salud. Estas partículas, principalmente, "se forman a partir de procesos industriales y relacionados con el tráfico, la combustión de carbón, la ganadería y la construcción de carreteras. Causan daños en la salud respiratoria dependiendo en parte de su depósito en la vía aérea. Según sea el tamaño de estas partículas, afectarán a diferentes partes del aparato respiratorio", aclaró la experta.

Las personas más vulnerables a la contaminación "son los niños, las personas mayores y las embarazadas". En cuanto a los efectos sobre la salud respiratoria, "se puede decir que afecta a todos los enfermos respiratorios, pero sobre todo, a los pacientes con asma o con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Los pacientes crónicos que, normalmente, pueden llevar una vida diaria sin mucha afectación para su calidad de vida, en los días con niveles altos de contaminación precisan con más frecuencia una medicación de rescate, acuden más a los centros de salud e, incluso, pueden ingresar por problemas respiratorios".

La contaminación no solamente está implicada en las agudizaciones del asma y de la EPOC, sino que se ha visto "también que es un factor de riesgo, un determinante, para que debute el asma, especialmente en niños. La contaminación afecta a las mujeres embarazadas de tal manera que sus bebés tienen menor peso al nacer, menor función pulmonar y tienen mayor riesgo de asma".

La experta recordó que la contaminación "tiene un efecto carcinogénico, con lo cual, sobre todo en la exposición al radón, que es un contaminante de la corteza terrestre, implica tener un mayor factor de riesgo de tener cáncer de pulmón".

Otro aspecto que puso de relieve fue el de la contaminación del aire interior, "que generalmente se produce por combustión de calefacciones, el humo de leña y similares. Ésta es una parte de los contaminantes que se suele olvidar".

La Dra. Urrutia concluyó señalando que "la contaminación es un problema del que hemos de tener conciencia, como sanitarios, para poder instruir a las personas, pacientes o no, de cara a evitar los riesgos que aquélla produce".

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