La lucha contra la malaria persiste en tiempos de la COVID-19

La OMS pide a África que mantenga sus esfuerzos en la prevención, diagnóstico y tratamiento del paludismo a pesar de la llegada del coronavirus
La región africana protagoniza el 85% de la reducción de muertes globales en 2018 aunque el total de fallecidos asciende todavía a 308.700 personas

Este 25 de abril, Día Mundial del Paludismo, tiene lugar en medio de la epidemia mundial provocada por el COVID-19 que también empieza a extenderse por el continente africano. Ante la dificultad de hacer frente a distintas enfermedades infecciosas en la región y los limitados recursos para ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a estos países que mantengan los esfuerzos en prevención, diagnóstico y tratamiento de la malaria por el riesgo a nuevos repuntes, una lucha que Fundación Recover lleva años apoyando.

El paludismo es una enfermedad febril aguda causada por parásitos del género Plasmodium que se transmite a través de la picadura de un mosquito. Sus primeros síntomas son fiebre, dolor de cabeza y escalofríos, muy parecidos a los de una gripe, lo que complica su diagnóstico precoz. El retraso en el diagnóstico y tratamiento puede causar en niños anemia grave, sufrimiento respiratorio relacionado con la acidosis metabólica o paludismo cerebral, mientras que en el adulto también es frecuente la afectación multiorgánica. En todos ellos la infección puede causar la muerte.

Lugar para el optimismo

Según la OMS, en 2018 más de 405.000 personas fallecieron a causa de malaria en el mundo: el 94% de ellas en el continente africano y el 67% menores de 5 años. Sin embargo, pese a lo alarmante de las cifras, hay lugar para el optimismo. Esta zona del mundo es también la que ha logrado una mayor reducción de muertes, en concreto de un 85% desde 2010, con 180.000 fallecimientos menos.

Además, en Ghana, Kenia y Malawi se introdujo durante 2019 una vacuna antimalaria en el marco de un programa piloto coordinado por la OMS en la población infantil. Junto a la implantación de vacunas y tratamientos, la mejor forma de prevenir la enfermedad es a través de la concienciación, con especial foco en la infancia.

Por este motivo, Fundación Recover lleva años trabajando contra la malaria en Camerún a través del proyecto ‘Becas contra la malaria', basado en el acompañamiento de colegios para la sensibilización y prevención de esta enfermedad.

"El proyecto ha demostrado ser una herramienta eficaz para prevenir la malaria en países con alta incidencia", explica Chus de la Fuente, directora de la fundación, quien señala la importancia de "informar sobre ella a niños, madres y profesores para prevenir la enfermedad y detectarla lo antes posible, reduciendo así su mortalidad".

La Fundación destina fondos, por un lado, a la sensibilización en centros escolares, para que estos puedan identificar la posible enfermedad desde el primer síntoma y así tratarla a tiempo. Además, cubre la atención sanitaria de alumnado y personal docente que requiere ser atendido por malaria y ofrece un kit de prevención, que va desde la provisión de mosquiteras, que pueden reducir la infección hasta en un 50%, hasta el tratamiento con hospitalización en los casos más graves.

Los buenos resultados de este proyecto y la alta incidencia de la enfermedad en la zona, han motivado la ampliación del programa para el año 2020 en la región de Sangmelimá y alrededores. Sin embargo, el cierre de las escuelas involucradas con motivo del COVID-19 supone una dificultad añadida para la iniciativa, que contempla campañas de diagnóstico y tratamiento para la población infantil en seis centros escolares, el reparto de mosquiteras, jornadas informativas a padres y madres, la subvención de pruebas diagnósticas y los costes de hospitalización para casos graves.

"La lucha contra la malaria continuará a pesar de la aparición de otras pandemias. Ahora las dificultades son mayores y quizá haya que hacer frente a riesgos más inmediatos, pero no podemos olvidar otras enfermedades infecciosas como la malaria, que tras años de lucha sigue siendo letal en el continente", asegura de la Fuente.

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