15 de Noviembre - Día mundial sin alcohol

Expertos en medicina del sueño desmienten el mito de que el alcohol ayuda a dormir mejor y alertan del riesgo de adicción

Las personas que sufren una adicción a cualquier sustancia presentan más problemas de sueño

La Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES) quiere aprovechar la celebración del Día Mundial Sin Alcohol para combatir un mito muy extendido entre la sociedad, aquel que sugiere que el consumo de alcohol ayuda a dormir mejor. La realidad, subrayan los expertos y demuestra la evidencia científica, es que el consumo de alcohol perjudica el descanso nocturno y, además, puede provocar el desarrollo de una adicción en aquellas personas que recurren al alcohol para combatir el insomnio.

"Es habitual pensar que tomar un poco de alcohol ayuda a dormir mejor. Realmente ayuda a conciliar mejor el sueño, esa es la parte de verdad, aunque la parte de mito es que no se trata de un sueño de calidad. El sueño viene más pronto, pero es de peor calidad. El alcohol tiene más un efecto de sedación que de facilitador de un sueño adecuado", explica la doctora Sonia Carratalá Monfort, médico especialista en Psiquiatría y vocal de FESMES.

Según la experta, tomar alcohol antes de dormir provoca que el sueño sea más fragmentado, bloquea el sueño REM (fundamental para una adecuada gestión de las emociones y la consolidación de la memoria), aumenta los ronquidos y agrava tanto las apneas como la sintomatología del síndrome de piernas inquietas. "Entre otras cosas, en una noche de sueño tras consumo de alcohol es habitual que nos despertemos más veces. Por tanto, al día siguiente es más fácil que la sensación sea de no haber tenido un sueño reparador", subraya Carratalá.

Insomnio y peligro de adicción al alcohol

Esa creencia extendida de los beneficios del alcohol para el sueño provoca que muchas personas con insomnio recurran a él como herramienta para intentar conciliar el sueño. "El insomnio es una patología muy frecuente que induce un gran sufrimiento y lleva a las personas a buscar cualquier remedio para solucionarlo. Entre esos remedios, el alcohol es unos de los ansiolíticos e hipnóticos más utilizados desde hace milenios", reconoce la doctora, que señala que cuando el consumo de alcohol se normaliza y se vuelve crónico, las personas afectadas pueden empezar a encontrar más dificultades para conciliar el sueño, lo que les puede empujar a consumir dosis mayores de alcohol para conseguir el efecto que obtenían anteriormente y, en consecuencia, se incrementa el riesgo de desarrollar una adicción.

"Hay una relación bidireccional. El hecho de padecer un trastorno de sueño lleva a las personas a buscar sustancias para mejorar su descanso, en ocasiones requiriendo cada vez mayores dosis. A su vez, las personas que sufren una adicción a cualquier sustancia, entre ellas el alcohol, presentan más problemas de sueño", reflexiona la especialista, que destaca la importancia de que los profesionales sanitarios, especialmente los del ámbito de la salud mental, presten atención a los problemas de sueño en personas en tratamiento por adicción al alcohol para poder solucionarlos cuanto antes, "ya que el hecho de que estos problemas de sueño permanezcan puede favorecer una recaída".

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