El impétigo es una infección cutánea causada por las bacterias estreptococos y estafilococos. Staphylococcus aureus resistente a la meticilina es una causa común.
Esta afección es más frecuente en los niños, especialmente en los que viven con malas condiciones higiénicas, aunque los adultos también la pueden sufrir. Es una dolencia contagiosa y se manifiesta por un pequeño bulto en forma de ampolla que está llena de líquido (donde están los gérmenes), por lo que, al abrirse, se puede diseminar la enfermedad a otras partes del cuerpo o a otras personas.
El impétigo puede afectar a la piel de cualquier parte del cuerpo, aunque suele aparecer en la nariz y la boca, las manos, los antebrazos y el área de pañal en los niños pequeños. Las lesiones pueden ser múltiples. Tras romperse, la ampolla se cubre de una costra de color canela o marrón amarillento.
Según diferentes estadísticas hasta un 2% de los impétigos estreptocócicos presentan como complicación una glomerulonefritis (afectación del riñón).